La Transición, el experimento ecológico y social más grande de nuestro tiempo se despliega en múltiples dimensiones. Algunas conciernen al mundo exterior, material y corpóreo, nuestro entorno biofísico inmediato. Otras hacen referencia al mundo interior, psicológico y anímico, nuestro contexto simbólico y cultural. Ambas dimensiones son fundamentales para la vida humana y discurren en paralelo, superpuestas y entrelazadas. Y las relaciones ente ambos mundos son tan íntimas que el uno no puede entenderse sin el otro. Lo que acontece en uno proyecta sus repercusiones irremediablemente sobre sobre el otro.
Tradicionalmente, muchas de las iniciativas de Transición han tendido a centrarse en aspectos externos : economía, alimentación, energía, política, etc. Pero, si de verdad queremos provocar cambios sustanciales en el mundo exterior, no basta con actuar directamente sobre la dimensión externa. Para garantizar la sostenibilidad y la resiliencia de nuestras comunidades también hemos de concentrar nuestros esfuerzos en el plano simbólico. Tenemos que comprender su funcionamiento y dotarnos de herramientas para ejercer influencia sobre él.
Pero ¿tenemos estas herramientas? Afortunadamente sí: todas las disciplinas, prácticas y manifestaciones de lo que conocemos como Arte.
Una posible aproximación ecoestética
Durante la segunda mitad del año pasado el Museo de Arte Contemporáneo de León, MUSAC, se propuso explorar esta cuestión y sus derivaciones.
Lo hizo mediante la muy interesante Hybris, Una posible aproximación ecoestética, comisariada por Blanca de la Torre y coordinada por Carlos Ordás. La exposición reflexionó en torno al potencial del Arte como herramienta tanto de acción como de subjetivación en relación a la acuciante problemática ecológica actual. Podéis encontrar reseñas de la exposición aquí, aquí y aquí.
Arte y Transición: el encuentro
Además, el museo organizó el 15 y el 16 de diciembre un par de jornadas bajo el título Crear para cambiar. Encuentro sobre prácticas artísticas y sociedades en transición.
Estas jornadas dieron cabida a actividades que completaron y enriquecieron el campo de debate abierto por la exposición. Desde la Red de Transición quisimos estar presentes para conocer la propuesta del museo y explicar nuestro proyecto de Municipios en Transición.
José Albelda y Nuria Sánchez, responsables del Diploma de Especialización en Sostenibilidad, Ética Ecológica y Educación Ambiental, DESEEEA del Centro de Investigación Arte y Entorno, CIAE, de la Universidad Politécnica de Valencia, ejercieron como conductores del encuentro.
Las actividades se iniciaron el viernes con la proyección y el comentario de extractos de los documentales In Transition 2.0 y Stop rodando el cambio. También se presentó el proyecto de documental Carrícola, pueblo en transición, de la UPV. Durante el debate posterior quedó patente la necesidad de ofrecer ejemplos de Transición en nuestro ámbito, el mediterráneo, más allá de los referentes habituales, que suelen ser anglosajones.
La importancia del relato audiovisual…
Después de la proyección de los documentales, José Albelda y Nuria Sánchez entraron de lleno en el corazón temático del encuentro. Lo hicieron con una interesantísima mesa redonda sobre el papel de las artes, en concreto de las audiovisuales, en el establecimiento del imaginario necesario para promover la Transición.
Que los seres humanos somos animales de historias es algo ya sabido. Que cualquier cambio social de importancia necesita una narrativa que lo legitime y articule, también. Es aquí donde las artes y los relatos audiovisuales, los más característicos e importantes de nuestro tiempo, pueden ocupar su lugar como potente herramienta de cambio de paradigma.
José Albelda y Nuria Sánchez nos ofrecieron las claves del por qué y el cómo:
- Empatía. El relato de audiovisual, ya sea de ficción o documental, con todos sus recursos narrativos y expresivos, emociona a la vez que transmite conocimiento. Y las personas mostramos más empatía hacia los relatos que hacia los datos. Nuestra capacidad de adhesión emocional es mucho mayor que nuestra capacidad de adhesión racional.
- Viralidad. Los relatos audiovisuales encuentran en Internet su campo de difusión más fértil.
- Imitación. Los relatos audiovisuales pueden ofrecer modelos de conducta realistas y deseables, exitosos y celebrativos, por lo que pueden poseer un alto poder de motivación.
- Visión. Los relatos audiovisuales nos permiten ser partícipes de un sueño colectivo y ver más allá. Y al hacerlo, pueden convertirnos en actores de un cambio social masivo.
Existen también enormes obstáculos. Los asistentes pudimos constatar la enorme dificultad de construir un relato alternativo al hegemónico actual, tan abrumadoramente seductor como perverso. Sin embargo, constatamos que las semillas de ese nuevo relato ya están surgiendo en los márgenes del sistema. Y pueden convertirse en el nuevo relato central si conseguimos que alcancen a una masa crítica de personas.
…Y la importancia del relato literario
Pero ¿está solo el relato audiovisual en el establecimiento de la narrativa que la Transición necesita? Definitivamente, no: el relato literario, el precursor histórico del relato audiovisual, también tiene mucho que aportar. En la siguiente mesa redonda, celebrada ya el sábado, pudimos abordar esta cuestión con Imelda Martín y Marta Sofía López, de la Universidad de León.
Pudimos comprovar como ficciones literarias contemporáneas y también como propuestas poéticas más clásicas contemplan escenarios de Transición. Escenarios e historias que pueden ofrecer modelos o reflexiones válidos ahora mismo. Y cómo pueden hacerlo desde una perspectiva femenina y emancipadora.
María Ramón, de Cooperactivas, completó el debate con su propuesta de apoyo a la economía social y a las personas que apuestan por ella en el ámbito de León.
El punto de vista local
La última mesa redonda cambió el foco del debate y abordó el estado del movimiento de Ciudades en Transición en España.
Enrique Garzo, de la iniciativa León en Transición, explicó los retos que afrontan muchas iniciativas de Transición . Obstáculos y problemas que, desgraciadamente, hacen que muchas de ellas no tengan continuidad. Su experiencia personal fue muy ilustrativa y ejemplar.
Por nuestra parte, desde RedT hicimos un breve repaso de la historia del movimiento de Transición en España. Tambien explicamos nuestro proyecto estrella del año pasado y de éste, Municipios en Transición.
Con este proyecto perseguimos varios objetivos. Buscamos, por un lado, investigar y recopilar prácticas existentes de resiliencia a nivel municipal que sean replicables por otros municipios. Y también escalables a nivel estatal. Por otro, pretendemos desarrollar una metodología de consultoría para sostenibilidad y la resiliencia basada en el modelo de Transición.
Nuestro objetivo final es que todo esto sirva de inspiración a las iniciativas ciudadanas que quieran realizar proyectos de Transición en sus localidades.
Con nuestra intervención, y el debate posterior, acabaron las mesas redondas del encuentro.
Después, todos los asistentes pudimos visitar la exposición Hybris. Y, finalmente, celebrar el tiempo y el espacio de encuentro y diálogo que habíamos podido disfrutar gracias al MUSAC.
Conclusión: crear para cambiar
Sin duda más instituciones deberían seguir al MUSAC y atreverse a explorar el campo abierto por el museo leonés y las personas que lo componen.
El museo ha destacado por su valentía y su compromiso social al dar cabida a estos espacios de diálogo que creemos que son tan fascinantes como necesarios. Imprescindibles, incluso.
Porque los problemas que afrontamos son tan grandes y la Transición que necesitamos es de tal magnitud que exige un cambio cultural profundo para hacerla posible.
Y para conseguir una hegemonía cultural que permita alcanzar una mayoría social posibilite la transición a gran escala hemos de crear un nuevo imaginario. Tenemos que dotarnos de una nueva historia que podamos contarnos y creernos para poderla hacer realidad.
Cualquier actividad humana creadora de cultura debería poder contribuir. Tendría, incluso, la obligación moral de hacerlo. Entre ellas el Arte, como actividad humana con un gran poder de creación de significado, es y será protagonista.
Porque el Arte, como disciplina de la imaginación, como herramienta de anticipación crea realidad. O, al menos, es su antesala. Y lo es porque puede explorar y ampliar los paisajes de lo posible. Nos encontramos entre el colapso y la sostenibilidad. Y el Arte pueda ayudarnos a mitigar el primero y decantar la balanza hacia la segunda.
Imaginémoslo, veámoslo: hagámoslo posible…