Os presentamos una rebelión en ciernes: Extinction Rebellion. Una iniciativa internacional de desobediencia civil contra la extinción de la vida. Un nuevo movimiento que está emergiendo con fuerza y que queremos apoyar desde Red de Transición.
Se trata de una propuesta que está dando mucho de que hablar, ya desde su mismo nacimiento, y está teniendo una gran repercusión mediática en toda Europa y en el resto del mundo.
Os la presentamos a través de Marcos Rivero. Con un artículo publicado previamente en 15/15\15, revista con la que también colabora Red de Transición.
Marcos es activista y catalizador del decrecimiento y la transición. También es miembro de la Red de decrecimiento de Sevilla y de la moneda social El Puma. Es técnico de Solidaridad Internacional Andalucía, con quienes ha desarrollado proyectos de fomento de la resiliencia local, el último de ellos la campaña Andalucía resiliente. Actualmente reside en Totnes, Inglaterra, desde donde está siendo testigo de excepción del nacimiento de Extintion Rebellion. Sin más preámbulos, os dejamos con su fascinante testimonio (aparecido previamente en le webzine 151515 – Revista para una Nueva Civilización):
Rebelión contra la extinción
Después de un verano infernal en el norte de Europa y con las temperaturas más altas registradas en el último siglo en el Reino Unido, este país ha visto nacer un nuevo movimiento social. Este nuevo movimiento pretende activar a la ciudadanía y presionar a los gobiernos de todo el mundo con el fin de actuar urgentemente ante la situación actual de emergencia climática.
En apenas dos meses, multitud de charlas, debates y talleres han logrando organizar, de forma rápida y descentralizada, a decenas de grupos locales a lo largo y ancho del país.
Bajo el anuncio de que “en este otoño habría una rebelión contra el Gobierno Británico por sus crímenes contra la humanidad”, ha involucrado a miles de personas en acciones directas no violentas de desobediencia civil en Londres y otras ciudades.
Este movimiento incipiente y vigoroso ha conseguido atraer la atención de importantes medios de comunicación dentro (BBC, Independient, The Guardian, etc) y fuera de sus fronteras (El País, Le Figaro, New York Times, etc).
Ha nacido Extinction Rebellion, una campaña impulsada por el colectivo Rising Up, que aspira a convertirse en un nuevo movimiento social internacional de desobediencia civil, masiva y pacífica destinado a actuar “allí donde muere la esperanza”.
Declaración de Rebelión ante la parálisis institucional
El pasado 26 de octubre de 2018, sólo unas semanas después de que saliera publicado el último informe del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) en el que se señalaba que “para limitar el calentamiento global a 1,5 °C se necesitarán transiciones rápidas y de gran alcance en la tierra, la energía, la industria, los edificios, el transporte y las ciudades”, alrededor de cien personas del ámbito académico británico firmaron un llamado a la acción que decía:
La ciencia es clara, los hechos son incontrovertibles, y es inconcebible para nosotros que nuestras generaciones más jóvenes deban soportar la peor parte de un desastre sin precedentes de nuestra propia creación…
Nuestro gobierno es cómplice de ignorar el principio de precaución y de no reconocer que el crecimiento económico infinito en un planeta con recursos limitados no es viable… Cuando un gobierno voluntariamente declina en su responsabilidad de proteger a sus ciudadanos de daños y de asegurar el futuro para las generaciones venideras, ha fracasado en su deber más esencial de administración.
El contrato social se ha roto y, por lo tanto, no sólo es nuestro derecho, sino también nuestro deber moral rechazar la inacción del gobierno y el flagrante abandono de sus deberes, y rebelarnos para defender la vida misma. Por lo tanto, declaramos nuestro apoyo a la Rebelión contra la Extinción.
Respaldamos totalmente las demandas que solicitan al gobierno que se atreva a decir la dura verdad a la ciudadanía. Pedimos la puesta en marcha de una Asamblea Ciudadana que trabaje con la comunidad científica sobre la base de la evidencia existente y de acuerdo con el principio de precaución, desarrollar urgentemente un plan creíble para la rápida y total descarbonización de la economía.
Cinco días después, el 31 de octubre, este movimiento presentó públicamente en Londres su Declaración de Rebelión. En ella advertía que “nos enfrentamos a una emergencia global sin precedentes… el tiempo para la negación se ha terminado: sabemos la verdad sobre el cambio climático y la verdad sobre la aniquilación biológica actual. Ahora es el tiempo de actuar y estar a la altura de estas verdades incómodas”.
Donde muere la esperanza
En este contexto, después de tres décadas perdidas de Cumbres del Clima, la confianza dada a los gobiernos para abordar con responsabilidad la grave crisis ecológica parece ya agotada.
Como señala Extinction Rebellion, “mientras que la comunidad científica nos ha ido advirtiendo durante treinta años de que el cambio climático nos matará, los gobiernos no sólo han permitido que las emisiones de gases de efecto invernadero se incrementen en un 60% durante ese tiempo, sino que además continúan permitiendo que sigan creciendo. Está claro que el sistema político actual nos está fallando por completo: mostrando una falta total de urgencia y respaldando políticas basadas en ilusiones”.
De este modo “podría decirse, entonces, que quienes nos gobiernan están actualmente comprometidos en un crimen contra la humanidad. Ante lo que, en cualquier sociedad democrática, la ciudadanía no sólo tiene el derecho, sino también el deber de rebelarse contra esta tiranía. Es hora ya de rebelarnos contra el control corporativo capitalista que pone el beneficio económico a corto plazo por encima de nuestra propia existencia. Vamos muy tarde y estamos cerca de no llegar a tiempo.”
“Cambiemos el sistema, no el clima”
A pesar de que vivimos en tiempos de emergencia climática, nuestros gobiernos siguen todavía instalados en la resistencia dogmática que nos conduce al ecosuicidio. Aquella que sigue empecinada en persistir en los mitos modernos del crecimiento económico y la industrialización como paradigma del bienestar de la humanidad. Ello, a pesar de las múltiples evidencias científicas que nos alertan de que nos dirigimos a un caos climático catastrófico y de que vivimos ya en la sexta extinción de especies,
Estos dogmas de fe, ante sus horas más bajas, tratan de ser revitalizados por los gobiernos y las corporaciones a través de diferentes narrativas y agendas como las del neofascismo, la Cuarta Revolución Industrial o los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Narrativas y agendas que siguen sin cuestionar las lógicas del crecimiento y producción industrial en una nueva huida hacia delante.
Esta huida hacia adelante supone, en palabras de Gonzalo Fernández ,“una verdadera guerra económica global contra la humanidad y el propio planeta”. Una batalla en la que las élites están imponiendo sus propias soluciones tecnológicas, como denuncia Douglas Rushkoff, no para resolver los problemas de la humanidad, sino para asegurar su propia capacidad de influencia y supervivencia futura ante el inevitable colapso de nuestra civilización industrial en un planeta degradado.
Ante este panorama desesperanzador, Extinction Rebellion surge como una iniciativa que llama a la rebelión ciudadana contra los mercaderes de la muerte. Un nuevo movimiento social que, en defensa de la vida, busca influir en las políticas de los gobiernos mediante la desobediencia civil masiva, para frenar las inercias ecosuicidas que nos han conducido al borde del abismo.
Decir la verdad y descarbonizar las sociedades con más democracia
Para conseguir este cambio sistémico, Extinction Rebellion plantea las siguientes demandas:
- Que los gobiernos digan la verdad sobre la gravedad de la crisis ecológica y trabajen junto a los medios de comunicación de masas para informar a la ciudadanía,
- Poner en marcha una movilización mundial a escala de la 2ª Guerra Mundial para lograr reducir las emisiones netas a cero en 2025, promulgando medidas políticas legalmente vinculantes que reduzcan los actuales niveles de consumo, y
- Crear Asambleas Ciudadanas encargadas de supervisar los cambios.
Rebelión por la vida
Y, para conseguirlas, busca articular un movimiento ciudadano potente en torno a algunas ideas-fuerza:
- Estamos en una situación de emergencia. El colapso social es inevitable, la catástrofe probable y la extinción humana posible;
- El tiempo de actuar es ahora, tenemos apenas 12 años para producir un cambio radical en nuestras sociedades;
- Necesitamos desarrollar medidas urgentes que nos preparen ante un colapso social inevitable y eviten, al mismo tiempo, un caos climático catastrófico;
- Para lograr las demandas planteadas necesitamos desobedecer y aceptar riesgos con un cierto grado de sacrificio personal (como, por ejemplo, asumir un arresto, multas e incluso un encarcelamiento por las acciones de desobediencia civil);
- Queremos conocer la verdad y enfrentar el dolor de estos tiempos, el duelo forma parte de nuestra misión; y
- Esta rebelión es alimentada por nuestro amor a la Vida.
Hacia una Cultura Regenerativa
Pero ¿cuál es la visión de este nuevo movimiento? ¿Qué principios y valores lo articulan? Veamos a continuación qué características comunes son las que lo definen:
- Una visión compartida del cambio: crear un mundo adecuado para las generaciones venideras.
- Una misión acerca de lo que es necesario: movilizar al 3,5% de la población para lograr un cambio en el sistema, usando ideas como la organización por impulso. Su hipótesis de éxito es que, si se consigue que este pequeño porcentaje de la población esté movilizado de forma activa y permanente, se logrará causar una interrupción económica que lleve a las autoridades a la mesa de negociaciones.
- La apuesta por una cultura regenerativa: crear una cultura que sea saludable, resiliente y adaptativa.
- La apertura a retarnos como movimiento y ciudadanía, tanto como a este sistema tóxico: abandonando nuestras zonas de confort para actuar por el cambio real.
- La puesta en valor de la reflexión y el aprendizaje: siguiendo ciclos de acción, aprendizaje (reflexión) y planificación para volver de nuevo a la acción. Aprendiendo de otros movimientos y contextos, así como de las propias experiencias.
- La acogida de la diversidad, dando la bienvenida a todas las personas y a cada una de sus partes. Trabajando activamente para crear espacios más seguros y accesibles para todo el mundo, y articulando un movimiento intergeneracional, intercultural…
- La reducción activa del poder: rompiendo las jerarquías autoritarias para una participación más equitativa.
- El propósito de evitar caer en la culpa o en el lamento: ya que hemos nacido y vivimos en este sistema tóxico y nadie tiene la culpa de ello.
- La creación de una red no violenta: apostando por el uso de estrategias y tácticas no violentas, concebidas como la manera más efectiva de lograr el cambio. Una forma de reivindicación que nos recuerda a otros movimientos exitosos como los protagonizados por las sufragistas en el Reino Unido, la lucha por los derechos civiles en los EEUU o la lucha anticolonial de la India.
- La organización autónoma y descentralizada: creando colectivamente las estructuras necesarias para desafiar el poder, de manera que cualquiera que siga estos principios y valores básicos puede actuar en su nombre.
La Rebelión ya ha comenzado
El pasado 17 de octubre de 2018, activistas de Extinction Rebellion, armados con flores y letras, realizaron su primera sentada en la sede de Greenpeace en el Reino Unido. Denunciaron que esta organización ambiental “no es lo suficientemente radical como para enfrentar la terrible situación climática”. También “alentaron a sus miembros a unirse a la desobediencia civil masiva como única alternativa para evitar la catástrofe”. Su pretensión era que Greenpeace enviara un correo electrónico a sus miembros destacando el plan de rebelión, e idealmente que los llamara a participar. Sin embargo, la respuesta de Greenpeace fue que “aunque apoya cualquier intento de aumentar la conciencia sobre la emergencia climática, todavía no sabe lo suficiente acerca de quienes están detrás de Extinction Rebellion como para pedir a sus miembros que participen”.
Dos semanas más tarde, el 31 de octubre se celebró una asamblea en la Plaza del Parlamento que atrajo a más de mil personas para realizar la “Declaración de Rebelión” contra el gobierno del Reino Unido.
En el evento destacaron la presencia y discursos de George Monbiot, la eurodiputada verde Molly Scott o la joven activista, Greta Thunberg, una colegiala sueca de 15 años que ha comenzado una “huelga escolar” por la inacción climática de su gobierno. El evento acabó con el arresto de 15 activistas tras la realización de una sentada en la carretera.
Desplegando estrategias
El 12 de noviembre, la gente bloqueó y pintó lemas en la fachada del Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales del Reino Unido y se pegó a las puertas de Downing Street.
Dos días más tarde, y el 17 de noviembre, en lo que se llamó el Día de la Rebelión, miles de personas participaron en una acción coordinada para bloquear los cinco puentes principales sobre el río Támesis en Londres durante varias horas, causando una gran interrupción del tráfico. The Guardian lo describió como “uno de los mayores actos de desobediencia civil pacífica en el Reino Unido en décadas”.
Posteriormente, el 21 de noviembre, comenzó a practicarse una nueva estrategia conocida como el Enjambre de Barricadas, donde pequeños grupos de activistas han llevado a cabo protestas ocupando cruces de carreteras importantes durante las horas punta de la mañana.
El 24 de noviembre, se celebró el Segundo Día de la Rebelión, con múltiples acciones en las ciudades de Londres, Manchester, Sheffield, Edimburgo…
Durante el mes de noviembre, más de cien personas fueron arrestadas por participar en diversos actos de desobediencia civil.
Y para los próximos días, semanas y meses ya hay numerosas y variadas acciones programadas por todo el Reino Unido.
La rebelión ya ha comenzado y promete extenderse en los próximos meses a otros países como Alemania, Australia, Canadá, Estados Unidos, Francia o España, donde ya se están dando los primeros pasos.
Ya nadie podrá escapar del dilema
“Sólo sabiendo la magnitud de aquello a lo que nos enfrentamos podemos aceptar los sentimientos que ello nos provoca, y seguir luchando”.
(Andreu Escrivá en su “Carta desde la desesperanza climática”)
En contra de la hipótesis que considera que es contraproducente “decir la verdad porque genera miedo y paraliza”, la propuesta de Extinction Rebellion defiende que sólo la verdad nos llevará a asumir las urgencias y los riesgos necesarios para movilizarnos e intentar llevar a cabo con rapidez y ambición los cambios deseados.
Y señala que aunque “la tarea que tenemos por delante es desalentadora y la probabilidad de éxito pueda parecer escasa, el riesgo de no actuar es tan alto, los riesgos de continuar por el camino ruinoso en el que nos encontramos son tan terribles, que no hacer nada, incluso hacer sólo lo que hemos hecho hasta ahora, es impensable.”
Sin embargo una vez reconocida la dura realidad y asumidos los riesgos por enfrentar, Extinction Rebellion demuestra ser un movimiento que encara los retos con confianza y optimismo. Afirma que “el momento está maduro y tienen la seguridad de que este es el comienzo de un nuevo movimiento social que finalmente cambiará la marea”.
De este modo, “cuantas más personas actuemos sobre esta base, más probable será que alcancemos el punto de inflexión en el que lo imposible se vuelva inevitable”.
¿Extinción o Rebelión?
De cualquier manera, más allá de las posibilidades de éxito que cada cual pueda esperar de esta iniciativa, Extinction Rebellion ha nacido para interpelarnos. Para empujarnos a que tomemos una decisión ante un nuevo dilema existencial del que ningún ser humano podrá escapar en los próximos años: ¿extinción o rebelión?
Así es que confiemos en que ahora seamos capaces de hacerlo tan bien como lo hacíamos cuando la mayoría de nosotras escogíamos “susto” en aquel viejo chiste que nos hacía elegir entre “el susto y la muerte”.
Ahora que comenzamos a tomar conciencia de la verdad dejando atrás nuestra ignorancia, confiemos en que seremos capaces de aprender a gestionar nuestros miedos, tanto para superar los posibles bloqueos como para desactivar nuevas huidas hacia delante. Y seamos capaces, entonces, de transformar el miedo en amor a la Vida y desde ahí convertir nuestra actual impotencia política en una verdadera rebelión ciudadana capaz de ¡cambiarlo todo!