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Visiones escatológicas: un modelo de reconciliación
2 de junio de 2020 | No hay comentarios
Nuestro modelo de civilización basada en el crecimiento llega a su fin. Y el nuevo modelo, compatible con los límites de la Tierra, no está aún listo. Más que nunca, el activismo necesario para afrontar esta época crucial para el planeta y la humanidad exige realismo, madurez y serenidad. Establecer un modelo de reconciliación con el planeta y con nuestra mortalidad, explorando visiones escatológicas, puede ayudarnos en ello.
Monos insensatos
Somos unos simios contemplando en primera fila el colapso de nuestra civilización. Al borde del abismo y dispuestos a dar el paso. Monos incautos, caprichosos, déspotas, destrozones…
Todo se desmorona. La Covid-19 es una bonita primera pieza de dominó. A menos que demos un golpe de timón que vire 180 grados el rumbo de nuestra acomodada sociedad, seremos testigos y víctimas de una sucesión de catástrofes que en los próximos años irán estrechando poco a poco nuestra zona de confort vital: escasa comida y bebida, techo endeble, inseguridad creciente…
Nos ha tocado vivir el mayor cataclismo de la historia de la humanidad. Y a la mayoría de occidentales les pilla aislados en su vivienda, distraídos con imágenes emitidas por todo tipo de pantallas o, peor aún, atrapados en el Engendro, atenazados por la precariedad laboral y la ausencia de perspectivas. Sin esperanza.
Reconciliarse para atravesar mejor el desmoronamiento
El colapso que se avecina provoca intensas emociones: miedo, cólera, impotencia, tristeza…
Metabolizar esas emociones y evitar que nos suman en la parálisis es el gran reto de nuestra generación. Para ello es útil el modelo de las 4 Rs (Reconciliación, Resiliencia, Restauración y Recuperación) preconizado por Jem Bendell en su Agenda para la Adaptación Profunda. De las 4 Rs la más crucial sin duda es la Reconciliación. Reconciliarse con la propia mortalidad es una condición indispensable para llegar a desempeñar un papel útil durante el fin de nuestro mundo.
No queda más remedio que adentrarse en una noche oscura del alma y hacer las paces con nuestro terror a la muerte, que está en la base de nuestra ansiedad existencial. Es necesario establecer un modelo de reconciliación con el mundo y con nosotras mismas. Pero antes hay que plantear un par de preguntas.
¿Qué hacer? ¿Qué ser?
Estamos en el umbral de una nueva página de la historia de la humanidad y del planeta. No es imposible que el ser humano acabe extinguiéndose antes del final de este siglo. En el escenario más catastrófico es incluso posible que desaparezca la vida del planeta.
Ante esta tesitura cabe preguntarse cuál es la actitud que hay que adoptar. Algunos viven en la negación, otros en el hopium (neologismo anglosajón que combina opio y esperanza), otros comen y beben sabiendo que mañana morirán (Carpe Diem), otros reciclan, montan en bicicleta y renuncian a la carne, otros dedican su vida al activismo. Otros (Extinction Rebellion) están incluso dispuestos a sacrificar su libertad por la causa. Los más heroicos llegan a dar sus vidas en la defensa de los ecosistemas…
Ese amplio espectro de actitudes depende de cómo veamos el mundo. En ese sentido, sugiero leer el lúcido texto “Y tú qué vas a hacer” de Esther Molina, mi amiga y compañera de RedT, en el que menciona los tres escenarios que propone Joanna Macy.
¿Qué hacer? Ego y Activismo
La perspectiva es tan brutal que muchos días es fácil caer en el desánimo. Al fin y al cabo, sabemos que la entropía, segunda ley de la termodinámica, nos lleva de modo irreversible al caos y a la desintegración. Luchar contra ella puede parecer un empeño quijotesco, inútil, fútil. Hagamos lo que hagamos, la humanidad desaparecerá un día de la Tierra. Y luego se extinguirá toda la Vida. Y el Sol explotará y el Universo acabará siendo un lugar oscuro y silencioso. Hagamos lo que hagamos.
Y pese a ello, son muchos los que muestran su entrega y abnegación y dedican su vida a todo tipo de causas. Desde el oso de los Pirineos hasta los corales de Samoa. Y su vida es eso. Propulsados por una vocación de entrega, de implicación.
Pero algunos caen en el error de olvidar revisar con cierta frecuencia la intención que motiva ese activismo. En un reciente webinar sobre el ego de los activistas Charles Eisenstein hace una pregunta que se experimenta como la punta de una flecha bien afilada clavada de lleno en tu más hondo y personal trauma: ¿Serías capaz de sacrificar tu notoriedad, tu protagonismo en el esfuerzo de evitar que el planeta se vaya al garete? El único activismo posible debe brotar de un intenso amor a la Tierra y no de la satisfacción imposible de los traumas y carencias de tu temprana adolescencia.
¿Qué ser? Polvo estelar
Por ello, quizás la respuesta no esté tanto en Qué HACER sino más bien en Qué SER. Eso presupone que asumamos que somos polvo estelar; que no es que estemos en el Universo, sino que somos el Universo; que la Naturaleza no es algo que esté ahí afuera esperando que la explotemos, sino que la Naturaleza está dentro de nosotros, es nosotros.
¿Qué ser? Un tubo
Alan Watts sostenía en El Libro (The Book: On the Taboo Against Knowing Who You Are) que una manera de ver la realidad puede llevarte a creer que todo organismo es esencialmente un tubo. Uno de sus extremos sirve para introducir nutrientes y el otro para expulsar residuos. Inputs y Outputs.
Desde la más humilde lombriz al excelso simio que somos, ese tubo es la esencia de nuestra interacción con la Tierra. La evolución ha ido agregando al tubo distintas funciones (ojos, oídos, manos, cerebros) que mejoran la eficiencia transformadora del tubo, pero básicamente seguimos siendo un tubo.
Lo que nos diferencia del resto de los seres vivos es que nosotros podemos elegir qué consumimos y cómo nos deshacemos de nuestros residuos. Me viene en mente aquí uno de los Cinco Entrenamientos hacia la plena consciencia que propone el maestro Zen Thich Nhat Hanh: practicar la visión profunda en nuestra forma de utilizar los cuatro tipos de consumo: alimentos, impresiones sensoriales, volición y conciencia.
La civilización es un tubo
Lo que se aplica a un individuo, es también relevante para una civilización. Por un extremo del tubo de nuestra sociedad extraemos recursos de la naturaleza (madera, petróleo, minerales…) y por el otro extremo expulsamos residuos (CO2, micro-plásticos, …).
Tanto en el plano individual como en el colectivo es fundamental que la extracción de recursos y la expulsión de residuos se haga de forma compatible con los límites naturales. Y eso no es así, como sabemos ya desde el informe Limits to Growth del Club de Roma (1972) que nos advertía que nuestro modelo de crecimiento continuo nos lleva de cabeza al abismo.
Somos tubos en forma de simios
Sabemos muy bien qué somos, pero lo olvidamos continuamente. Somos un simio que se vio forzado a abandonar el bosque hace al menos unos cuatro millones de años y comenzó a adaptarse a la vida en la sabana en pequeños grupos, dando origen a la cultura. Por alguna razón ese simio se puso de pie y comenzó a usar sus manos, dando origen a la tecnología. Y su cerebro pasó en poco tiempo de 500 cm3 a 1500 cm3. Y, como dice Charles Eisenstein en The Ascent of Humanity, debido al desarrollo de la cultura y la tecnología ese simio comenzó a separarse de la naturaleza de la que había surgido.
Esa separación se aceleró brutalmente hace 10.000 años cuando el simio pasó de cazador-recolector nómada a ganadero-agricultor sedentario. Y la brecha con la naturaleza se hizo infranqueable hace unos 250 años cuando descubrimos la bestial capacidad de transformación que ofrecían los combustibles fósiles.
Somos muchos tubos
Hoy los humanos somos más de 7.500 millones de tubos. En términos absolutos, seguramente somos demasiados y el hábitat que ocupamos se lo quitamos a otras especies animales y vegetales. En un estudio sobre biomasa de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU se expone que los humanos somos ya el 36% de la biomasa de todos los mamíferos y el ganado que nos alimenta ocupa el 60% del total, lo que deja reducida la biomasa del resto de los mamíferos salvajes a un 4%.
Sí, somos muchos y nuestra capacidad de extracción y de contaminación supera ampliamente la capacidad de carga del planeta.
Sin embargo, no todos tenemos el mismo impacto. Sabemos que unos pocos millones en el mundo “desarrollado” depredan y ensucian más que los otros 7.000 millones, que a lo sumo calientan sus alubias y su arroz quemando ramas y troncos arrancados de la agonizante jungla que les trajo al mundo.
Y sin embargo, el “progreso” de nuestras sociedades desde los años 60 no ha mejorado la satisfacción vital de la mayoría de los habitantes del mundo rico. Viendo el otro día la película El gendarme de Saint-Tropez de Louis de Funès anhelo la calidad de vida de aquellos años sin teléfonos móviles ni compras online.
Visiones escatológicas: lo sagrado y lo profano
La escatología es la disciplina/ciencia/rama del saber que estudia el destino final del individuo y el universo, así como estudia al ser humano después de la muerte. La escatología fue uno de los temas centrales de la teología medieval, coincidiendo con otra de las grandes pandemias históricas (la peste bubónica).
Por otro lado, curiosamente, el término escatología tiene una segunda acepción como acto de analizar excrementos (heces). En su libro Confessions of a Recovering Environmentalist, el ex-activista Paul Kingsnorth esgrime que el váter moderno en el que a diario malgastamos litros y litros de agua limpia y perfectamente potable es la metáfora de todo lo que va mal en nuestra civilización.
Con el váter uno se quita cómodamente de encima sus excrementos y se olvida de a donde van a parar. Igual que uno no se preocupa del origen de los alimentos que tus intestinos han transformado, tampoco interesa saber qué pasa con esos residuos.
Para Kingsnorth compostar los excrementos es la nueva metáfora: de una sociedad lineal separada de la naturaleza a una sociedad cíclica en la que los procesos naturales reconvierten el excremento en nutriente. El tubo circular.
Visiones escatológicas: lo inefable y lo insondable
En septiembre de 2019 ahondé en la experiencia de la muerte en un retiro sobre ritos de paso para vivir y para morir. Los maravillosos Diana y Xavi de Transalquimia fueron los cálidos anfitriones de un seminario con Meredith Little. Allí comencé a experimentar que los ciclos de la tierra son el cauce que nos mece desde la cuna al hoyo; el tacto de las hojas, el perfume del humus, el sonido del arroyo, el calor de las piedras del bosque. Esa fue una entrada en materia que precedió a un retiro con Jem Bendell y Katie Carr sobre Deep Adaptation. Profundo. Y de ahí pasé a una convalecencia causada por una afección pulmonar. Durante la cual comenzó el final de la vida de mi madre. La Muerte con M.
Reconciliarse con la Muerte
Sabemos poco sobre la Muerte. Y, sin embargo, la literatura sobre la muerte es extensa e intensa. El “Rechazo de la muerte” (The Denial of Death) de Ernest Becker es una buena guía para adentrase en la noche oscura y comprender los mecanismos que usamos para controlar nuestro terror ante la muerte (Terror Management Theory). En ese libro, Becker plantea – entre muchas otras impresiones sobre la muerte – cómo conciliar la dualidad del ser humano: por un lado, somos seres exquisitos, capaces de crear poesía, de dar la vida por amor, de comprender los misterios del universo.
Pero por otro lado somos animales, fisiológicamente indistinguibles de otros mamíferos, sometidos a las mismas leyes de supervivencia. Becker resume esta dualidad de forma brutal: Somos dioses con ano. Dioses que defecan. Dioses-gusano.
¿Esperanza en la desesperanza? Un modelo de (re)conciliación
La esperanza, si hay alguna, es que un número creciente de nosotros desea volver al bosque que abandonamos hace unos 4 millones de años. Que desea volver a convivir en grupos de no más de 150 personas, lo que corresponde, según escribe Robin Dunbar en Grooming, gossip and the origin of language, al tamaño “natural” del grupo humano. Que percibe la naturaleza como algo sagrado, que suscita respeto, conexión y amor. La experiencia del movimiento de Transición, que acoge esta necesidad de reconectar con un modo de vida más sencillo desde el ámbito personal (transición interior) hasta la reconstrucción de la resiliencia de las comunidades, puede facilitar ese retorno. Porque hablamos de un retorno, no de una huida.
Hay mucho por hacer para restablecer el equilibrio que comenzamos a perturbar cuando golpeamos por primera vez con una piedra sobre un fémur de un rumiante muerto para sorber su médula. Y quizás lo primero y más importante para ello sea aceptar las reglas y los limites inexorables de la vida en este planeta. Con un poco de tecnología para atenuar la dureza de esa realidad, pero sin olvidar nuestro origen tubular ni nuestro horizonte escatológico. Pasar frío cuando hace frio; pasar hambre cuando no hay alimentos; morir mucho antes de la vejez. Esa es la Esperanza.
¿Y tú qué vas a hacer? Pasa a la acción después de la pandemia
Se va acercando ese momento apodado como “post Covid-19”. Hay pronósticos de todo tipo. ¿Qué papel jugamos en esto? Esther Molina, miembro de la Red de Transición, comparte con nosotras su sentir al respecto y nos lanza la pregunta, tan urgente como necesaria: ¿Y tú, qué vas a hacer? Y también nos avanza su respuesta, igualmente urgente y necesaria: Pasa a la acción después de la pandemia.
Profecías anunciadas… ¿e interesadas?
Seguro que las has visto. Quizá te hayan hecho estremecer y entristecerte. Quizá las hayas promovido y hasta secundado. ¿Sabes de lo que hablo? Estos días, quizá más que nunca en los últimos tiempos, nos estamos atreviendo a hacer pronósticos de qué va a pasar cuando termine todo esto, la película de ciencia ficción de la que estamos formando parte.
Un conocido filósofo de por allí dice que todo será un estado de guerra permanente; un reputado periodista de por allá tiene clarísimo que nos recortarán derechos y nada volverá a ser igual; un colega escribe en facebook cómo cree que será la “nueva normalidad” y anima a otras personas a añadir puntos a esa lista…
Lo que más me interesa de esos ejercicios es el modo en que están escritos. Fíjate, todos ellos utilizan formas que condicionan fuertemente: “esto será así” y punto. Son afirmaciones categóricas que no permiten dudar de ellas. O, al menos, que no invitan a ello…
Muchas personas hablan del futuro como si solo existiera uno posible, el que ellas han imaginado. ¿Por qué lo expresan de un modo tan taxativo? ¿Por qué muchas dan por hecho esas realidades?
Profecías autocumplidas e indefensión aprendida
Nos reímos de los supuestos pitonisos que dicen ver el futuro en bolas de cristal, pero asentimos sin dudar ante ciertas “profecías”. Predicciones que, si seguimos alimentando con nuestros ojos, oídos y apatía, acabarán cumpliéndose.
Lo que más me asusta de ellas es que no hay lugar apenas, o se presenta como muy pequeño y limitado, para la capacidad de acción y cambio de personas y colectivos. Se da por hecho que estamos en manos de unos pocos poderosos y que ya nada podemos hacer.
Y lo peor, es que lo acabamos creyendo. Que, total, ¿qué impacto puedo tener yo, sin apenas dinero ni influencia, en todo esto? “Seguro que nada”, nos decimos. Y ahí empieza la tragedia. Nos lo creemos y damos un paso atrás, nos victimizamos y dejamos que sean otras personas las que decidan. Acallamos nuestra preciosa y valiosísima voz. Y de la imaginación ya ni hablemos, eso es de utópicos hippies, ¿verdad?
Nuestro ego se siente comodísimo cuando contempla esas premoniciones apocalípticas. Le encanta el drama, y más aún ser protagonista del fin del mundo. “Ay, pobre de mí, viviendo este momento histórico, no puedo hacer nada”. Y ¡zas! Caíste en la trampa.
Tres escenarios
El mundo es mucho más complejo de lo que una persona pueda percibir a través de sus vivencias, y la historia que nos contamos acaba influyendo en nuestro actuar y el entorno.
En el magnífico libro “Esperanza activa: cómo afrontar el desastre mundial sin volvernos locos”, Joanna Macy y Chris Johnstone apuntan a tres actitudes principales que se dan entre las sociedades y las personas que forman parte de ellas, al mirar hacia los problemas que afrontamos y los posibles escenarios futuros. Doy una pincelada de cada una a continuación.
Eso no va conmigo
Podemos actuar como si nada hubiera ocurrido, o por lo menos como si esto no fuera con nosotras, creyendo que podemos “progresar”, en un “todo como de costumbre” (business as usual). Frecuentemente fruto del miedo o de la impotencia, o de la falta de información, seguiríamos con nuestro antiguo estilo de vida, obviando el impacto que tiene a tantos niveles.
No hay nada que hacer
En la otra cara de la moneda, y casi con las mismas consecuencias, tenemos el relato del “gran desmoronamiento” (unravelling of living systems), donde el foco y el protagonismo lo tienen el colapso, el desastre, la extinción en masa, y todo aquello que nos provoca escalofríos y parálisis, ese fin del mundo al que que tantísimas películas nos han acostumbrado. Y desde este punto no hacemos nada, nada diferente, porque sentimos que no podemos o que no merece la pena.
Otro mundo es posible… Y yo puedo hacerlo posible
Y finalmente, dando un paso más allá, podemos sumarnos a la creación de una sociedad que sustenta lo vivo, que pone la vida en el centro y vive en armonía con ella desde una esperanza activa. Este es el relato del “gran giro” (the great turning), donde cobran gran importancia los cambios en la conciencia (percepción, pensamiento y valores). También las acciones de contención (como campañas en defensa de la vida en la Tierra) y los sistemas y prácticas que desarrollamos (nuevas estructuras sociales y económicas, por ejemplo).
Sean cuales sean nuestras limitaciones, siempre somos libres de escoger qué versión de la realidad y qué historia acerca del mundo valoramos y queremos generar.
Pasemos a la acción
Vale, ahora en serio, ¿tú qué vas a hacer? ¿Te vas a quedar tirada en el sofá lamentándote? Los “hombres del tiempo” también se equivocan. El futuro no está escrito y tu poder de incidencia en el entorno ¡es ENORME! ¡Que se lo digan a los muchísimos animales que se salvan de ser sacrificados cada año gracias a las cada vez más personas valientes que deciden pasarse al veganismo! Dijo alguien una vez que “para que el mal triunfe, solo basta con que los buenos no hagan nada”. Responsabilicémonos.
Con pequeñas acciones cotidianas cambiamos el mundo. Y si dejamos de cargar con la responsabilidad de salvarlo todo, tendremos las espaldas más livianas para poder darnos la mano. Y también disfrutar en comunidad, haciendo pequeñas cosas que, a pesar de las dificultades, y al echar la vista atrás, nos harán sonreír viendo lo mucho que hemos logrado por el camino.
Una invitación final
Te invito a que dejes de mirar tu ombligo o a través de las mirillas de otras. Muchas estamos en situaciones complejas e incluso comprometidas, situaciones duras. Hemos perdido el trabajo, a alguien a quien queríamos. Pero eso no puede impedirnos alzar la vista y desear, imaginar, soñar. Hagamos un buen duelo, claro, y luego…
- ¿Qué quieres hacer?
- ¿Qué vas a hacer para que tu entorno no sea un basurero?
- ¿Cómo vas a desplazarte? ¿A qué ritmos te vas a mover?
- ¿Cómo y de qué vas a alimentarte?
- ¿Qué tipo de comercio y economías vas a fomentar?
- ¿Cómo te vas a relacionar contigo y con las demás?
- ¿Cómo te gustaría vivir en un mundo “post-covid”?
Si te atreves a mirar hacia adentro creativamente y ver cómo ha influenciado este tiempo incierto de cuarentena en tus prioridades y valores, y cuál ha sido tu nivel de resiliencia, te invito a regalarte un tiempo para crear una cápsula del tiempo. Puedes consultar la propuesta que hemos elaborado aquí.
Si te apetece dar un paso más allá, imaginar tu futuro, dónde te gustaría verte en unos meses o años, e investigar los pasos para acercarte a él de manera individual y colectiva, te propongo utilizar el backcasting (retrospectiva desde el futuro o mirada retrospectiva imaginaria). ¡Echa un ojo a esta herramienta que te proponemos, te sorprenderá!
La transición empezó hace años, ¡súmate!
Dejemos el fatalismo paralizador y pongamos de nuestra parte. Pase lo que pase, nadie podrá decir que no lo intentamos. Cada una en la medida de sus posibilidades.
Que las que no creen en el cambio dejen de interrumpir a las que ya lo estamos llevando a cabo. Sí, hace años que está sucediendo, y es vasto. En nuestras mentes, corazones, y en el planeta. ¿No me crees, aún no te has enterado? Echa un vistazo a la inmensidad de proyectos existentes: iniciativas de Transición en todo el mundo, ecoaldeas y comunidades sostenibles….
Y, sorpresa: tú ya formas parte de ello. Gracias por haber leído este texto, te animamos a seguir indagando, desarrollando, conectando.
¿Y tú qué vas a hacer?
Atrévete a escribir un pedacito de futuro. Sin miedo. No estás sola. Escoge lo que más te llame y te llene, pasito a pasito.
El futuro puede ser precioso si cada una de nosotras mira hacia adelante y se pone manos a la obra con su trocito de puzle.
El futuro será mejor, porque tú vas a poner de tu parte, ¿verdad?
Herramientas post Covid para una vida regenerativa (II): Backcasting, creando un nuevo futuro a través de nuestra acción cotidiana
Si te preguntas qué pasos concretos puedes dar a nivel individual y colectivo para contribuir a un modo de vida sostenible y regenerador para tu interior, tu alrededor y el planeta, ¡sigue leyendo! En esta entrega te hablamos del backcasting o retrospectiva desde el futuro, una herramienta muy útil para soñar y generar una visión de futuro que nos ayude a dar pasos para acercarnos a ella en nuestro día a día.
Este artículo ha sido escrito en colaboración y disfrute por Laura Sedano, Esther Molina y Mayerling Márquez, miembros y colaboradoras de la Red de Transición.
Mucho se ha reflexionado y queda por reflexionar sobre lo ocurrido durante la pandemia de Covid-19, y también sobre todo lo que ha conllevado en diversas esferas. La mayoría nos hemos visto obligadas a lidiar, de la mejor forma que hemos sabido, con la falta de libertad de movimiento y las paredes de nuestras casas.
Sorpresas te da la vida…
Algunas personas hemos vivido este tiempo en familia, otras en pareja, otras en la más pura soledad…Para muchas, en cualquiera de las variantes en las que hayamos vivido esta experiencia, la vida ha puesto ante nosotras algo que siempre parece faltarnos: ¡¡¡tiempo!!!
Es posible que lo hayamos empleado en estar con nosotras mismas, disfrutar de la familia, ver series, estudiar, trabajar o teletrabajar, hacer labores que nunca antes habíamos hecho, ser productivas, aburrirnos… O simplemente para ser quienes somos, dejando a un lado el hacer frenético al que estamos acostumbradas. Es posible que durante este tiempo hayamos cambiado, en algo, nuestra visión de la vida…
Un cóctel explosivo
Tenemos un doble cóctel entre las manos: La crisis sistémica global y la de la Covid-19. ¡Tremendo vaso! Un panorama completamente inaudito y nunca experimentado a lo largo de nuestra historia como humanidad. Cargado de problemáticas, pero también de oportunidades.
Encaramos problemáticas e incertidumbres sanitarias, sociales, políticas, económicas… Ante las cuales también se nos muestran posibles caminos a transitar, la construcción de resiliencia, la solidaridad, la adaptabilidad, nuevas maneras de relacionarnos y conectarnos… Quizá ahora más que nunca nos damos cuenta de la enorme interdependencia de la vida, de los tantísimos seres de los que dependemos y con los que interactuamos para sostenerla.
Reinvención necesaria
Ante este complejo escenario una palabra resuena alto y claro: reinventarse. ¿Cómo podemos reinventar nuestras vidas y adaptarlas al contexto cambiante y en crisis para crear impactos positivos a nivel personal, social y planetario?¿Cómo podemos vivir más alineadas con el cuidado de la Vida? ¿Qué hemos aprendido de todo esto, han cambiado nuestras prioridades y valores? ¿Qué es lo esencial? ¿Cómo podemos desarrollar hábitos cotidianos más coherentes con nuestra visión del mundo? ¿Cómo podemos disfrutar del proceso, aprender y pasarlo bien por el camino?
Backcasting o retrospectiva desde el futuro, creando un nuevo futuro a través de nuestra acción cotidiana
Te invitamos a desarrollar el “Backcasting” o retrospectiva desde el futuro. Es una de las mejores herramientas para trabajar la visión de futuro hacia la que queremos encaminar nuestros proyectos. Llévalo a cabo de manera individual, con tu familia, con tus amigas o compañeras de casa… El objetivo es reflexionar y crear una nueva visión de nuestras vidas, alineada con lo verdaderamente esencial en ellas. Y una vez que la tengamos, dar los pasos necesarios para llegar a esa visión.
Preparando el ambiente
Para poder crear la vida que deseamos, hemos de ser capaces de imaginarla primero. Este es un momento clave para soñar sin miedo. Sueña tu vida sin límites. Busca un lugar tranquilo y cómodo. Cierra los ojos e imagina cómo sería tu día ideal en el futuro. Recorre el día desde tu despertar, prepara tu desayuno, sal a caminar hacia tu lugar de estudio o trabajo, comparte tiempo con tus personas queridas, visita una tienda, practica tu ocio, regresa a casa… Trata de llenarte de las sensaciones que te generan cada una de las actividades que haces durante el día. Al finalizar, agradécete la experiencia. ¡En estos tiempo, atreverse a “soñar a lo grande” es todo un acto de valentía! Si te apetece, toma una hoja de papel y dibuja tu experiencia como gustes.
Comienza tu backcasting
¿Cómo podemos identificar los pasos a tomar en nuestras vidas para que nos lleven hacia la visión que verdaderamente deseamos? Lo importante es:
- Comenzar con el fin en mente. (El sueño, la visión)
- Volver atrás desde la visión hasta el presente.
- Moverse paso a paso hacia la visión.
Una vez definida la visión en el futuro, retrocedemos hacia el presente identificando los pasos o acciones que hemos de ir implementando para llegar desde el presente hasta nuestra visión del futuro.
Esta manera de trabajar desde el futuro hacia el presente nos permite mayor creatividad. Porque a un objetivo final puede llegarse por muchos caminos. La planificación tradicional (centrada en el presente y orientada hacia el futuro) hace, muchas veces, que nos sintamos coaccionadas por un presente conocido y a menudo limitante, que nos impide “soñar a lo grande”.
Entrégate a la experiencia
Necesitas:
- Una superficie grande para escribir (pizarra, papel…)
- Post-its o trozos de papel que puedas pegar y mover sobre la superficie
- Rotuladores o bolígrafos
Procedimiento:
- Dibuja sobre la superficie de papel una línea del tiempo con la escala temporal que elijas. Por ejemplo: del presente a 1 o 2 años vista. Esas serán las columnas de la gráfica.
- Dibuja tantas filas como ámbitos o categorías sobre las que quieras trabajar. Por ejemplo: Alimentación, energía, economía, educación, transporte…
- Realiza una lluvia de ideas (individual o grupal) y anota las ideas en los post-it. Escribe en ellos, de manera breve, eventos que deberían ocurrir en los distintos momentos y ámbitos o categorías para llegar a la visión deseada. Es útil dar a las ideas el formato de titular de periódico “Cambio de compañía de suministro eléctrico”, “Cultivo la mitad de las verduras que consumo”, “Termino mi curso sobre Cocina Vegana” o “Hago la compra en bicicleta”.
- Tomad un tiempo para leer todas la ideas y discutir los resultados (en caso de que se haga en grupo).
- Reagrupa ideas o reubícalas en el tiempo.
- Elige algunas de las ideas más cercanas al momento actual y tradúcelas en acciones concretas realizables.
¡Empieza a implementar esas acciones que has marcado en tu backcasting o retrospectiva desde el futuro en tu vida cotidiana!
Categorías o dimensiones de cambio
Aquí os compartimos algunas categorías potenciales, sobre las que podéis empezar a soñar y que podéis considerar en vuestro backcasting o retrospectiva desde el futuro.
Por supuesto, podéis crear las vuestras propias. También incluimos algunas pistas asociadas a esas categorías a modo de inspiración.
ALIMENTACIÓN
- Inicia tu huerto en tu jardín, terraza o balcón.
- Compra en negocios locales: beneficia economías locales y fortalece la red comunitaria.
- Compra a granel, llevando tus tarros de vidrio y bolsas reutilizables, así evitas plásticos y residuos nocivos para tu salud y la del entorno.
- Indaga acerca de grupos de consumo o productores locales, quizá quieras unirte a alguno. Implica a familiares y amistades.
- Cocina sano: ahorra dinero, contamina menos, toma más conciencia de tu alimentación.
- Incluye más huerta en tu dieta y reduce drásticamente procesados o productos animales.
ENERGÍA Y TECNOLOGÍAS
- Aprende trucos básicos sobre ahorro energético.
- Cambia de compañía eléctrica. Existen diversas opciones de cooperativas que funcionan con energía solar y eólica, organizadas de forma transparente y participativa.
- Mejora el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), enfócate en conectar y colaborar con otras personas y colectivos, para educarnos, para ayudar.
- Investiga acerca de permacultura y bioconstrucción.
TRANSPORTE
- Camina, es salud!.
- Arregla la bicicleta vieja o busca una de segunda mano.
- Utiliza el transporte público. Especialmente el tren, nos da tiempo para disfrutar del trayecto, cuidarnos y dedicarnos tiempos de lectura, indagación, conocer gente nueva…
- Organiza tus desplazamientos y comparte. Puedes agrupar las labores que necesitan de transporte para hacerlas el mismo día recorrer menos distancias. ¡Y si compartes coche, mejor!
ECONOMIA
- ¡Consume lo que necesitas! ¿Te diste cuenta de que no es mucho más que comida?
- Explora alternativas de Bancas éticas. Invierten tu dinero en apoyar iniciativas sociales y medioambientales. Estarás seguro de que tu dinero no estará apoyando la producción de armas, por ejemplo, como hace con mucha frecuencia la banca tradicional.
- Participa en Monedas Sociales o Locales. Busca la más cercana, seguro que encuentras más de las que imaginas.
- Inscríbete a los Bancos del tiempo. Infórmate de ellos en los ayuntamientos, centros culturales o preguntando a tus vecinas. Intercambia servicios con personas cercanas.
- Participa en Redes de Trueque. Retoma el intercambio como manera de conseguir y ofrecer bienes o servicios. ¡Cambia tu ropa usada por una tostadora o por un masaje!
- Practica la Economía del Regalo.
EDUCACIÓN
- Lee un nuevo libro, prueba intercambiar con algún amigo o familiar o encuentra una joya en una librería local de segunda mano.
- Busca alternativas y nuevos espacios de aprendizaje. Descubre la creciente multitud de recursos online y seminarios en directo y grabados. Visita un museo virtual.
- Apúntate a algún webinar o curso relacionado con temas de sostenibilidad y resiliencia.
- Echa un vistazo a la Guía Esencial para Hacer la Transición, ¡seguro que te inspira!
- Pregunta. Muchas veces otras personas y colectivos han pasado antes por el aprendizaje que buscas.
GOBERNANZA
- Entra en contacto con colectivos de cambio como Extinction Rebellion o Fridays for Future, asociaciones de barrio, grupos activistas o iniciativas de Transición. ¡Algunas actividades se mantienen online! Además nos dan soporte y nos demuestran que no estamos solas.
- Asómate a la sociocracia y otros sistemas de toma de decisiones que pueden ser aplicables, sanos y enriquecedores en tus grupos o colectivos.
DESARROLLO COMUNITARIO
- Vives rodeada de personas, mírales a los ojos.
- Interactúa con tus vecinas. Si la vecina tiene un bonito jardín, seguramente disfrute contándote cómo planta y cuida sus plantas. Quizá aprendas a iniciar tu huerto al tiempo que creas redes de apoyo. O también puedes intercambiar recetas. Cuida a tus vecinas y vecinos: pregunta, interésate, comparte, escucha… ¡Cuántas se han hecho amigas en estos tiempos de Covid-19!
- Reconecta con la vida de tu comunidad más cercana. Organiza/asiste a actividades en plazas y espacios públicos del barrio.
DESARROLLO PERSONAL
- Desarrolla habilidades nuevas: arreglos de ropa, carpintería, huerto, cocina…
- Disfruta de la música. Agarra la guitarra desafinada o crea un instrumento reciclado.
- Practica la artesanía, desarrolla la creatividad: pinta, teje, borda, haz del arte un tiempo de disfrute.
- Ejercita tu cuerpo: pasea por entornos naturales, corre, salta, baila… Si estás en casa, aprovecha los abundantes cursos online de danza, yoga, entrenamientos… Muchos están disponibles de forma gratuita. Prueba a hacer de tu rutina de ejercicios una actividad divertida para compartir con la família.
- Despeja tu mente: aprende a relajar tu mente practicando ejercicios de meditación y mindfulness que utilizan la respiración para ayudarte a desconectar del exceso de pensamientos y preocupaciones.
- Reconecta con la Naturaleza que también eres: observa las plantas, los pájaros, las nubes… camina descalza, respira el aroma de las flores, aprecia el agua, ralentiza el ritmo.
Te dejamos una plantilla de ejemplo. Puedes descargarla AQUÍ.
Y después…
Revisa tu Backcasting o retrospectiva desde el futuro cada cierto período de tiempo. Puedes ir marcando las acciones que vas emprendiendo e ir avanzando hacia tu visión poco a poco. Celebra cada paso y comparte la experiencia con tu comunidad, amistades, familia… ¡Las nuevas historias empiezan en cada una de nosotras, crean nuevas realidades y son semilla de cambio en las demás personas!¿Las escribimos juntas? ¡A por el futuro!
Recursos adicionales
Te recordamos que al inicio de la cuarentena pusimos en marcha el listado colaborativo Resiliencia ante el coronavirus, un compendio de artículos y recursos útiles y relacionados con el momento que vivimos.
También tenemos otras herramientas post Covid-19 para una vida regerenativa, como la Cápsula del tiempo.
Y te animamos a que descargues, leas y compartas la Guía Esencial para Hacer la Transición: Comenzar la Transición en tu calle, comunidad, pueblo u organización. Accesible y completo, muy inspirador, se trata del manual más reciente y actualizado para acompañar el proceso de transición a nivel local.
¡Estamos deseando tener noticias tuyas si le das uso!
Herramientas post Covid para una vida regenerativa (I): Cápsula del tiempo edición cuarentena
Ahora que empezamos a ver la luz al final del túnel de la pandemia, queremos proponerte una serie de herramientas post Covid-19 para una vida regerenativa. En concreto, te proponemos una cápsula del tiempo edición cuarentena, un diario creativo para registrar y reflexionar acerca de las fortalezas y oportunidades de cambio en situaciones desafiantes, como la que vivimos especialmente estos días.
Este artículo ha sido escrito en colaboración y disfrute por Mayerling Márquez, Esther Molina y Laura Sedano. Todas miembros y colaboradoras de la Red de Transición.
Atesorar recuerdos, reflexionar sobre ti
Hacer una cápsula de tiempo consiste en recolectar recuerdos personales de una etapa de tu vida para preservarlos en el tiempo.
En esta ocasión, teniendo en cuenta que hemos comenzado con la fase de desescalada post Covid-19, queremos invitarte a utilizar esta herramienta para plasmar de una forma original y creativa cómo has llevado el período de aislamiento originado por la pandemia.
Este ejercicio te ayudará a reflexionar acerca de tu capacidad de resiliencia en tiempos de crisis y en el futuro servirá para no olvidar que a pesar de las dificultades pudiste sobrellevar la situación. Quizá también te ayude a evaluar tus prioridades y valores personales.
¿Cómo “encapsular” tu tiempo?
Puedes hacer tu cápsula de tiempo de manera individual o grupal, pero te recomendamos hacerla con tu grupo familiar o amigos cercanos, así la experiencia será más significativa y podrán compartir sus impresiones y emociones acerca de cómo enfrentaron la situación.
Preparación para crear tu cápsula de tiempo
Tiempo que necesitaremos: 1.5 horas, apróximadamente.
Materiales:
- Algo donde escribir: un cuaderno, una cartulina grande o varias hojas de papel
- Algo con que escribir: lápices, rotuladores, ceras…
Opcional – recomendado:
- Música que te inspire y te ponga de buen ánimo
- Una velita para marcar el tiempo. Enciéndela para marcar el inicio de la creación de tu cápsula del tiempo y apágala cuando termines.
Instrucciones:
- Si usas un cuaderno u hojas sueltas, puedes hacer cada actividad en una hoja.
- Si prefieres plasmar todo en una cartulina grande, puedes dibujar cuadrados pequeños en donde escribirás o dibujarás cada uno de los elementos de tu cápsula del tiempo.
- Son 20 actividades en total.
Consejo: No pienses demasiado, dedica solo unos pocos minutos a cada actividad plasmando tus primeras ideas, siempre podrás volver a ellas después si lo deseas. Te sugerimos entre paréntesis el tiempo de duración de cada tarea.
Creación de nuestra cápsula del tiempo edición cuarentena: primera parte
Sigue los siguientes pasos y disfruta de esta actividad mientras escuchas tu música favorita.
- Portada de tu Cápsula del Tiempo: Deja un espacio para el título de tu cápsula, el cual escribirás al final del ejercicio. Escribe la fecha y tu nombre.
- Dibuja un autorretrato titulado: “Esta persona soy yo durante la cuarentena” (1 min).
- Escribe un Haiku. Un Haiku es un tipo de poesía Japonesa que consiste solo de 3 líneas y 17 sílabas, divididas en 5, 7 y 5 sílabas respectivamente. Puede sonar extraño pero nada pierdes con intentar, ¡te sorprenderás con el resultado! (3 min).
- ¿Cuál ha sido la mejor y la peor comida que has cocinado durante este período? (1 min).
- ¿Qué música te ha ayudado a hacer este tiempo más llevadero? (30 sec).
- ¿Qué más te ha sido de ayuda durante este tiempo? (1,5 min).
- ¿Qué cosas no echas de menos? (1,5 min).
- ¿Cómo es tu relación con la tecnología? A. Equilibrada, B. Desequilibrada, C. Todo lo que hago es mirar las redes sociales, D. No tengo ni idea acerca de la tecnología.
- Dibuja dos círculos grandes, uno al lado del otro (30 sec).
En el primer círculo realiza un gráfico de tarta que describa cómo has estado usando tu tiempo. Dibuja o escribe en cada una de las secciones del gráfico cómo distribuyes las 24 horas de tu día en cuarentena. (5 min).
Aquí tienes algunos ejemplos:
- ¿Qué cosas han sido un reto para ti? (3 min).
Creación de nuestra cápsula del tiempo edición cuarentena: segunda parte
- ¿Qué has aprendido acerca de ti durante estos días? (2 min).
- ¿De qué te sientes orgullosa? Para este ejercicio piensa en alguien que te quiere mucho e imagina que esa persona te escribe una carta para decirte que se siente muy orgullosa de ti por lo que has aprendido o logrado durante estos tiempos difíciles. ¿Qué diría esa carta? (3 min).
- ¿Qué hábitos o nuevas prácticas quisieras mantener? (2 min).
- Regresa a los círculos que dibujaste. Ahora en el segundo círculo realiza el mismo ejercicio pero ahora reflexiona acerca de esta pregunta: ¿Cómo podría usar mi tiempo? (5 min).
- Escribe 3 intenciones de mejoras para incorporar en tu vida (1,5 min).
- Dibuja un plano de tu espacio en casa, por ejemplo dormitorio, cocina, sala de estar, etc. (1,5 min).
- Imagina cómo podrías reajustar el uso de tu espacio en el hogar para incorporar a tu vida las tres intenciones que escribiste anteriormente (3 min).
- ¿Qué quisieras perdonarte a ti misma? (2 min).
- ¿Qué te gustaría darte permiso de hacer sin remordimientos?
- ”Me doy permiso de…” escribe tu lista a continuación. (1 min).
¡Enhorabuena, has terminado tu cápsula del tiempo edición cuarentena!
Escribe el título de esta historia en la portada, revisa lo que has escrito una vez más, y haz cualquier ajuste que consideres. Cuando estés satisfecha con el resultado guárdalo en un sobre.
Recuerda abrir tu cápsula del tiempo dentro de uno o dos años. ¡Será muy interesante volver a ver estos recuerdos de un período sin precedentes de nuestra vida y nuestra historia! y reflexionar acerca de lo que aprendimos…
Recuerda también que tienes a tu disposición otras herramientas post Covid para una vida regerenativa, como por ejemplo el Backcasting o retrospectiva desde el futuro.
¡Úsalas y difrútalas!
Agradecimientos por el material original en inglés realizado por Alexa Kutler (@kutlera) para el taller “A Cuarentime Capsule”, una iniciativa de la comunidad Creative Mornings (@creativemorning). Traducción al castellano por Mayerling Márquez.
Planet of the Humans: sin noticias de Charlton Heston
26 de mayo de 2020 | 2 comentarios
Planet of the Humans: la polémica
El revuelo suscitado por la película-documental Planet of the Humans supone un reclamo evidente para quien no la haya visto. Si se trata de una llamada a la acción, una estrategia de márquetin o una simple provocación, ciertamente consigue su objetivo. Que no es otro, a nuestro entender, que fomentar un debate sobre su contenido o su pertinencia.
A partir de las primeras impresiones de nuestro compañero Fernando García, en Red de Transición organizamos un cine-fórum “confinado” en torno a esta última polémica.
Aprovechamos para ello un enlace de acceso gratuito en la plataforma Youtube que permitió acceder temporalmente a su contenido completo de una manera gratuita. Tras su visionado, debatimos sobre la última película de Michael Moore como productor.
Made in Michael Moore
Porque no cabe duda de que nos encontramos ante un producto Made in Moore. La dirección de la película y la composición de la banda sonora corresponden a Jeff Gibbs. Sin embargo, su estructura, su desarrollo y algunos de sus recursos recuerdan inevitablemente al autor de la aclamada Bowling for Columbine. Este detalle representa en sí mismo una de las primeras críticas que se puede realizar. Tras dos décadas en las que el cine documental ha vivido una etapa esplendorosa, especialmente en aquellas películas dedicadas a la sensibilización medioambiental, ¿nos encontramos ante un modelo agotado? Esta podría ser una conclusión probable a tenor de todo lo que se ha escrito sobre la misma.
“Las energías verdes no nos salvarán”
Pero no es este el mayor reproche que se puede hacer a la misma. A pesar de los esfuerzos propios para la verificación de los datos expuestos en la película, se ha acusado especialmente al productor de presentar datos desfasados provenientes de las fuentes citadas. Ciertamente, se trata de un problema que afecta a la primera mitad del metraje, dedicado a desmontar las bondades de la “industria de las energías verdes”.
No es nuestra intención refutar o no esos datos (para eso están disponibles fuentes mucho más autorizadas). Queremos señalar, más bien, una evidencia que nos resulta obvia: no es posible mantener el nivel de consumo de energía actual sin sacrificar los recursos naturales de este planeta. Esta afirmación es sostenida por dos escenas, al principio y al final, sobre las dudas que plantea el suministro energético de dos conciertos musicales. “Las energías verdes no nos salvarán”, es la conclusión de esta primera parte de la película.
Un giro inesperado
Esta idea, que podría haber sido suficiente para desarrollar alternativas tras esta primera fase de denuncia o provocación, queda desplazada por un sorprendente giro de guión. A la explicación de por qué continúan vigentes determinadas creencias acerca de la bondad de esta industria energética, surge un “inexplicable” aval científico en forma de entrevista con un psicólogo y las opiniones de algunas personas entrevistadas, sobre cómo se asientan y mantienen determinados tipos de creencias acerca de estos temas.
A ello se le superpone otro argumento, el de la sobrepoblación, que supuestamente justifica el título de la película y que apenas es desarrollado con algunos comentarios a lo largo del documental. Aquí es donde falla a nuestro juicio el objetivo del director, a lo que no ayuda para nada el montaje final.
Lo inconcebible
La imposibilidad de un crecimiento económico sostenible fundamenta los movimientos decrecentista y de transición. Sin embargo, esta idea apenas es considerada en la película (de hecho, se abrió un debate interno en nuestro cine-fórum sobre si se había realizado una alusión explícita a este concepto).
La duda en torno a la capacidad del público norteamericano para aceptar una idea que constituye un rechazo frontal al estilo de vida imperante parece motivar esta duda y busca otras vías para justificarse. No en vano uno de los recursos que más le han servido al productor en sus películas para reforzar sus argumentos ha sido la parodia (sea en formato de dibujos animados o de película propagandística). En este caso, como en otros, parece subyacer la infantilización necesaria para transmitir ciertos contenidos.
Sin alternativas
Y aunque se consigue el efecto deseado (desacreditar la supuesta sostenibilidad de la industria energética verde), no continúa con la presentación de una alternativa plausible. ¿Un estilo de vida más sencillo? ¿La renuncia a privilegios económicos o sociales? No, la respuesta es que hay demasiada gente en este planeta. Pero lo peor no es eso. Después de tirar la piedra, esconde la mano. Se provoca, pero no se sostiene la provocación para llamar a la acción del público potencial. Es más, tras este volantazo vuelve a cambiar el sentido del documental sin mayores explicaciones. Pierde una oportunidad de presentar al público una alternativa viable y muy posiblemente sostenible sin necesidad de esconderla o camuflarla. Hubiera sido más fácil con un lacónico “¿Transición? Sí, gracias”.
Caricatura y autocrítica
Podría ser que sus responsables no confían demasiado en la respuesta esperada. Porque mención aparte merece uno de los temas que más ataques han sufrido Gibbs y Moore, la crítica hacia cierto sector del activismo social y ecologista que en EE.UU suele definirse como liberal y que en Europa y en España recibe calificativos menos agradables.
Concretamente, del retrato ingenuo y casi infantil que se realiza de algunas personas y organizaciones reflejadas en algunas escenas. Tampoco es algo nuevo y no debiera sorprender demasiado. ¿Existen planteamientos pseudocientíficos entre activistas y organizaciones afines? Sí. ¿Algunas personas pueden ser especialmente ingenuos o utópicas? Evidentemente.
Pero cuando en una de esas escenas se deja entrever esa ingenuidad, ¿alguien puede sorprenderse de que un grupo de jóvenes durante su etapa universitaria puedan defender acríticamente planteamientos que en el futuro hagan que se sonrojen? Si esto es así, entonces se puede justificar que Moore se haya convertido en un inesperado aliado para la derecha alternativa de su país.
Si en realidad se trata de una mera provocación, puede ser un buen ejercicio para la autocrítica de cierto sector del activismo cómodamente instalado en su parcela de verdades absolutas.
Así parece traslucirse de la advertencia de Vandana Shiva en esta parte del film cuando reconoce que en ciertos temas pueden “alimentarse ilusiones” en las mentes de muchas personas. En realidad, no se trata de algo que deba desanimar a quienes se sientan reflejadas en esas palabras. Más bien debería preocupar a quienes no sean conscientes de la necesidad de un cuestionamiento crítico (que no fustigamiento) sobre los fundamentos y el impacto de su activismo.
Planet of the Humans: el agotamiento de un modelo
Más allá de estos temas que han centrado la negativa acogida del documental, el agotamiento del modelo de Moore se advierte claramente en las escenas finales. Los giros consecutivos a lo largo de todo el documental desembocan en una llamada de auxilio sobre la amenaza que supone la deforestación.
La pérdida de biodiversidad o la amenaza para la supervivencia de los hábitats para las especies animales es un tema merecedor en sí mismo de un documental. Más ahora si cabe, al cobrar un inusitado protagonismo como posible causa vinculada al surgimiento de la actual pandemia.
Pero aquí se convierte en un recurso efectista y con una imagen final que sobrecoge e irrita al mismo tiempo. Sobrecoge porque revela una realidad dramática e impune e irrita porque se advierte claramente el intento de manipulación emocional al que el director nos conduce.
El mensaje final, a pesar de su vigencia, parece quedar en un segundo plano tras el último golpe de efecto. Anuncios publicitarios de ONG han conseguido el mismo impacto con un par de minutos de duración. Si ese era el objetivo, la inversión necesaria ha excedido el resultado pretendido.
Después del visionado…
Las sensaciones que deja el visionado de esta película documental son ambivalentes. Por un lado, porque vuelve a poner sobre la mesa las miserias del modelo neoliberal que en varias ocasiones ha denunciado Moore con otros documentales.
Que grandes empresas multinacionales y filántropos puedan manipular o cooptar a activistas y organizaciones en sus protestas no es ninguna novedad. Revelar de manera rigurosa las conexiones existentes entre el mundo de la política y la industria “verde” tampoco. Aunque solo sea para hacer caer del pedestal al oscarizado y otrora venerado Al Gore, al desvelar su propia “verdad incómoda”. Cabe pensar que si Gibbs se hubiera limitado a esta labor de denuncia, la película hubiera cumplido su función a la perfección.
Aunque en lo que realmente falla es en la acumulación de temas con un montaje confuso que a pesar de algunos aciertos, no salva el conjunto. Y aunque se trata de un producto destinado al público estadounidense, no deja de sorprender cómo algunas reacciones en Europa y en España se asemejan demasiado a las del otro lado del charco. Quizás este momento caótico, totalmente incierto y polarizado no invita al optimismo ni a responder creativamente frente a una provocación directa. Porque de otra manera, se podría disfrutar mucho más de la ironía que recorre toda la película.
Planet of the Humans: colofón irónico
Ironía es titularla Planet of the Humans recurriendo a la misma tipografía empleada para el clásico Planet of the Apes de 1968.
Ironía es que, a pesar de su desgarradora defensa de los simios en las escenas finales del documental, su estilo más bien infantilizado coincida con el de la fuente original de esta película. Que no es otra que la distopía francesa de título homónimo publicada en 1963 por Pierre Boulle (advertencia: cualquier parecido con una obra de ciencia ficción dura es pura coincidencia).
Irónico es, en suma, que Charlton Heston, el héroe-villano que toda historia épica necesita y a quien tanto debe la carrera cinematográfica de Moore, no aparezca por ninguna parte…
“Esto prueba que hay poetas por todas partes, en todos los rincones del Cosmos…, y también bromistas”
Pierre Boulle. El planeta de los simios (1963).
Innovación frente a la despoblación rural
25 de mayo de 2020 | No hay comentarios
Frenar la despoblación
¿Cómo frenar la pérdida de población que sufren nuestros pueblos? La búsqueda de soluciones para esta pregunta es el motor del Curso de Agente rural de innovación social ante la despoblación. Se trata de una novedosa oferta formativa organizada por La Noria, un espacio de la Diputación de Málaga. La Noria se ha convertido en un referente andaluz para la dinamización territorial, la innovación social y el emprendimiento.
Innovación social ante la despoblación rural: el curso
Dicho curso ha tenido una duración de 30 horas y dadas las actuales circunstancias sanitarias, se celebró en modalidad a distancia entre los días 4 a 15 de mayo de 2020. Su contenido se estructuró en cinco unidades didácticas. Las unidades didácticas analizaron conceptos básicos como la innovación social, el reto demográfico y la perspectiva de género. También el diseño, creación, implementación y evaluación de proyectos de innovación social rural. A través de contenidos muy diversos se ha capacitado al alumnado para poner en marcha nuevos proyectos que revitalicen su entorno y frenen la pérdida de población.
Más allá de la teoría
Y junto con los contenidos teóricos, las buenas prácticas de innovación rural han ocupado un espacio fundamental dentro del curso. Se han recopilado numerosas experiencias de ámbito estatal e internacional que destacan la capacidad de los entornos rurales para generar iniciativas que ilusionen a sus protagonistas y atraigan nuevas vecinas y vecinos en los pueblos.
Municipios en Transición
Precisamente, entre esas buenas prácticas de innovación rural, se ha incluido el proyecto internacional de Municipalities in Transition. Se han incluido los materiales oficiales disponibles en la página web oficial para que cualquier persona interesada pueda conocer sus fundamentos y sus áreas principales de actuación. Agracedemos a Ecoherencia, proyecto cooperativo malagueño afín al movimiento de transición, por haber invitado a Red de Transición a incluir esta experiencia dentro del curso.
Buenas prácticas
Igualmente nos alegra enormemente la inclusión del municipio de Almócita (Almería) entre las buenas prácticas escogidas. El variado conjunto de iniciativas económicas, culturales y sociales que desarrollan desde hace varios años convierten a este acogedor pueblo en un referente para el movimiento de transición, tal y como pudimos comprobar directamente gracias al diario de rodaje del documental Alter Nativas.
Innovación social ante la despoblación rural: un éxito
El éxito de la primera convocatoria, con alrededor de 500 inscripciones recibidas telemáticamente por la Diputación de Málaga, ha propiciado la convocatoria de una segunda edición del curso, que se celebrará en breve. No obstante, todos los materiales del curso están disponibles de manera gratuita y en abierto a través de su página web oficial. Finalmente, su acogida ha generado el impulso para crear una incipiente Red de Agentes Rurales de Innovación Social. Con ella, se se pretende dar continuidad a las sinergias surgidas de la interacción entre el alumnado a lo largo del periodo de formación.