por Hilary Prentice
“Al fin y al cabo todo esto no es más que una cuestión de cambio interior. Si éste no tiene lugar a la par que se multiplican los molinos de viento a nuestro alrededor, no estoy seguro de que lo que hacemos tenga sentido.” Oído por casualidad en un encuentro de Transición
Si Transición encuentra formas de aunar los aspectos internos y externos del cambio ¿No resultará notablemente más efectiva?
¿En qué dirección actúa el cambio; comienza en el exterior, o al contrario, se extiende hacia afuera desde el interior? Lo cierto es que desde los primeros momentos del movimiento de Transición, personas con ambas visiones se han sentado literalmente codo con codo y han trabajado juntas. Ambas son ciertas: el cambio exterior induce el cambio interior y viceversa. Es más, algunos sostienen que la unión de ambas actuará como subsanando las divisiones y desavenencias parcialmente responsables de la difícil situación en la que hoy nos vemos.
La perspectiva interior se inspira en la combinación de tres líneas diferentes. En primer lugar, el conocimiento de la psicología y psicoterapia de Occidente, las cuales buscan comprender la naturaleza de la destructividad humana y las perturbaciones que la afectan a la afligida, y también hiriente, psique humana, con el fin de sanarla. A esta empresa se ha sumado recientemente la ecopsicología24 con su hipótesis de que nuestra relación con la Tierra, y cómo ésta se está viendo afectada por ello, tiene una notable repercusión en nuestra psicología. El segundo elemento de esta triada es el conocimiento de enseñanzas y escritos, a menudo derivados de la tradición oriental, sobre la transformación de la conciencia. En tercer lugar, tenemos abundantes ejemplos de aquellas personas que aún profesan una vida en estrecha relación con la Tierra; que no han olvidado cómo se puede vivir de modo sostenible en el planeta. A lo largo y ancho del mundo los pueblos indígenas se están aunando frente a los asaltos medioambientales perpetrados contra las tierras en las que viven, y entre los que cabe contar desde los vertidos petroleros en Nigeria, Luisiana y Ecuador, hasta los efectos del cambio climático, la deforestación y otras acciones contaminantes. Además de las luchas llevadas a cabo para defender sus tierras y derechos, estas gentes apremian a menudo al resto del mundo con su una clara llamada: ‘despertar’.
En lo relativo a la experiencia de la Transición Interior, han tenido lugar reuniones periódicas en torno a diversos temas y charlas con distintos ponentes. La gente ha comenzado también a ofrecer talleres a nivel local donde los participantes comparten y exploran cuestiones, algunas de las cuales tratan sobre sentimientos tales como el pesar, el miedo y la ira. Gran parte de estas dinámicas proceden del trabajo de Joanna Macy, ecopsicóloga, y del activista forestal John Seed, quienes ha desarrollado potentes talleres caracterizados por su facilidad de aprendizaje. En todos estos aspectos es donde Transición sirve de enlace y aúna un amplio abanico de prácticas, actividades y herramientas en las áreas de desarrollo personal, la psicología, así como diferentes tradiciones filosóficas y espirituales, algunas de las cuales se mencionan en otros ingredientes.
En un proyecto concreto, siguiendo un modelo de tutorización, gente con experiencia como consejeros, sin relación directa con Transición, han ofrecido apoyo continuo gratuito y personal a activistas dinámicos. El grupo Alma y Corazón, uno de los grupos de Transition Town Totnes, facilitó la formación de pequeños grupos en torno a Transición, denominados Grupos del Hogar. Una persona involucrada en uno de ellos en Totnes comentó que un Grupo del Hogar era un lugar donde poder compartir sentimientos, intercambiar ideas y sentirse arropado en un mundo donde lo más fácil es sentirse aislado… y las amistades forjadas en el seno del grupo continúan creciendo. Las personas de Alma y Corazón también han ayudado a organizar pequeños, y también importantes, eventos locales; han contribuido a la celebración de conferencias nacionales y han creado un importante taller para la resolución de conflictos. Con ello la Transición Interior ha pasado a ser un elemento imprescindible de los cursos de formación para Transición que tienen lugar en todo el mundo.
El desarrollo de una Transición Interior en Portland, Oregon, es otro ejemplo similar. El grupo Alma y Corazón celebra actualmente reuniones con regularidad, comparten y se apoyan mutuamente; han invitado a renombrados conferenciantes y organizado importantes eventos; y realizado talleres como parte de distintos programas de conferencias. Además se han comprometido a establecer reglas básicas para la celebración de sus reuniones con el fin de promover una expresión y escucha profundas, crear un clima de seguridad y sentirse responsables de sus sentimientos antes que proyectarlos en los demás. Tal y como David, uno de los coordinadores del grupo, expresa: “Nos veo como un grupo que se reúne para compartir, hablar y apoyarnos unos a otros en nuestros intereses comunes. Hemos conseguido una presencia estable pero continua dentro de Transición aquí en Portland.” No cabe duda de que otros grupos en otras partes del mundo están adoptando enfoques semejantes, y también diferentes según las circunstancias que reinen en cada lugar.
No obstante, convendría reconocer que ha habido en ciertos momentos confusión respecto a la que puede aportar un grupo como Alma y Corazón a Transición. Esto es debido, probablemente, a la división occidental entre lo interior y lo exterior, y por tanto entre personas más volcadas al exterior o más enfocadas a lo interior. Sería un enorme error para aquellos que estamos más volcados en una Transición Interior considerarnos mejor preparados que cualquier otra persona sólo porque exploramos aspectos psicológicos o espirituales; igual de erróneo que creer que todos deberían participar de aquello que proponemos, quieran o no. Sin embargo, por lo mismo, habría que reconocer que cuando personas con una orientación más práctica han participado con gusto en experiencias nuevas para ellos, se oyeron alto y claro las voces a favor de una Transición Interior, ya que la gente se sintió comprendida y lo encontraron útil, emotivo y profundo.