De cara a que los pasos y acciones que tomemos para promover la Transición nos hagan avanzar en la dirección correcta, uno de los puntos claves a tener en cuenta es el acceso a información actualizada, contrastada y de calidad que nos ayude a planificar la adaptación al nuevo contexto. Esto nos permitirá planificar objetivos a medio y largo plazo, que deberán ir renovándose y ajustándose a la realidad biofísica, aunque siempre es bueno dar algo de margen, evitando encorsetarse en exceso, ni bloquear la toma de acción. Por tanto, la disrupción climática y transición deben de interactuar, pues la evolución de la primera repercute en el recorrido de la segunda.
Como podemos ver en el “¿Por qué?” de la Transición, hay ciertos aspectos que marcan los plazos y la agenda del movimiento, como la evolución del contexto energético, los aspectos ecológicos y ambientales, o la evolución de los problemas climáticos. Todas estas vertientes afectan a todo el funcionamiento de la sociedad tal y como la concebimos, debido a que tanto la economía, como la sociedad, son subsistemas de la biosfera, y por tanto su funcionamiento se ve afectado por los cambios que vayan aconteciendo. El mantenimiento de la complejidad de las sociedades humanas actuales necesita que ciertos equilibrios se mantengan dentro de unos parámetros adecuados, o por ejemplo la disponibilidad de flujos constantes y crecientes de energía que alimenta la “máquina” del capitalismo industrial globalizado.
Cualquiera de los aspectos nombrados es clave, y más teniendo en cuenta que algunos de éstos se encuentran en lo que algunos científicos llaman “la gran aceleración”, es decir, en proceso de cambio, algunos incluso parece que de forma exponencial. El movimiento en Transición plantea alternativas en pro de la resiliencia y la relocalización, con el objetivo de intentar cambiar o mejorar la capacidad de adaptación a la nueva realidad a través de la acción y la cooperación.
En especial, en esta entrada queríamos tratar sobre la disrupción climática (o cambio climático) a la que nos enfrentamos, aportando datos científicos y mediciones relevantes, diferentes análisis y referencias respecto a los mismos, a fin de que el lector pueda formarse su propia opinión. Es curioso, y a la vez preocupante como muchos estudios sobre el cambio climático llegan de forma repetida a una misma conclusión, y es que los escenarios más pesimistas se están quedando cortos en comparación con las últimas mediciones.
¿A qué datos nos referimos concretamente?
· El clima terrestre está cambiando de forma más abrupta de lo esperado: La Tierra está entrando actualmente en un periodo de cambio climático que presumiblemente será más rápido de lo que ha ido ocurriendo de forma natural a lo largo de los últimos miles de años, comprometiendo la capacidad de adaptación de las poblaciones humanas. Los investigadores no pueden saber con exactitud los impactos de la aceleración en la subida de las temperaturas sobre el planeta y sobre sus habitantes.(1)
· El hielo del océano Ártico alcanza su extensión más baja desde que hay registros para esta época: el 25 de febrero del 2015, la extensión del hielo Ártico alcanzó el máximo anual de superficie, marcando el comienzo de la temporada de deshielo. La extensión máxima no solo ha tenido lugar más temprano de lo habitual, si no que es también la más baja desde que hay registros tomados vía satélite. (2a y 2b)
· Además, el grosor del la capa de hielo en el océano Ártico también es cada vez más fina, y esta reducción en su grosor está teniendo lugar más rápido de lo esperado. Los resultados, publicados en la revista científica “The Cryosphere” indica que el grosor en la zona central del océano Ártico se ha reducido un 65% desde 1975 hasta el 2012. (3)
Estamos emitiendo dióxido de carbono a un ritmo similar (o mayor) que las tasas de una gran provincia ígnea cuyos efectos acabaron con la mayoría de la biodiversidad (>95%) en la Tierra a finales del Pérmico. El vulcanismo Pérmico tardío y extinción masiva asociada tuvieron lugar, se piensa, sobre un máximo de varias decenas de miles de años. Estos cambios ambientales auto-infligidos, suponiendo por un momento la desgracia de que no conseguimos detenerlos y comenzar a hacer algo al respecto, ocurrirán en un par de siglos. Los mecanismos pueden diferir ligeramente de los eventos finales del Pérmico, debido a las diferencias del contexto geológico, pero la causa más probable de cualquier futura extinción a gran escala es sin embargo clara: el prolongado estrés ambiental causado por la contaminación generalizada. Los Eventos a nivel de extinción se producen cuando se infringen cambios en las propiedades físicas y químicas del medio ambiente, y esto tiene lugar en áreas demasiado amplias y de forma rápida, de forma que para muchas especies resulta imposible adaptarse con éxito o migrar. (4)
· La corriente del Golfo está ralentizándose más rápido que nunca. Este debilitamiento puede tener fuertes impactos en la vida marina. El derretimiento de la superficie helada de Groenlandia, causada por el calentamiento global antropogénico (es decir causado por el la especie humana), es probablemente el mayor contribuyente al proceso de ralentización que sigue en marcha junto con la subida de las temperaturas. Estas corrientes tienen lugar debido a la diferencia de densidades entre aguas oceánicas calientes del sur y aguas frías del norte. El agua dulce liberada del hielo en proceso de fusión se diluye con el agua salina del océano, haciéndola menos densa, siendo menos probable que se hunda hasta las corrientes profundas que la dirigen hacia el sur. La modificación de los patrones de circulación tendrán seguramente efectos negativos en el ecosistema oceánico, y por lo tanto en los caladeros de pesca, ya de por si muy mermados, de los que dependen muchas poblaciones costeras para su supervivencia. (5) (6)
· El coste social del cambio climático es mucho mayor de lo que se pensaba anteriormente: Investigadores de la Universidad de Stanford han concluido que el daño causado por una tonelada de emisiones de dióxido de carbono podría ser realmente 6 veces mayor que el valor que el gobierno de los EE.UU. había utilizado como guía para sus políticas energéticas. (7)
· Declaraciones del glaciólogo Eric Rignot , consternado, sobre la disrupción del clima “Hemos fundido los fusibles”. (8)
· El ratio de acidificación del océano debido a las emisiones de carbono es el más elevado desde hace 300 millones de años. La sobrexplotación de los caladeros de pesca y la polución son gran parte del problema, advierten los científicos, avisando de que la extinción masiva de especies puede que sea inevitable. (9)
· La liberación de metano por deshielo y fermentación bacteriana del permafrost (materia orgánica congelada durante miles de años) se está incrementando de forma preocupante. Estudios hablan de cráteres en Siberia producidos por la explosión y liberación violenta de grandes cantidades de metano. Las imágenes de las mediciones de los meses de febrero y marzo de 2015 revelan los rápidos cambios en las concentraciones atmosféricas de este gas, que tiene una potencia de efecto invernadero mucho más elevada (>20x) que el dióxido de carbono, y por tanto, la probable activación de efectos no-lineales en el clima muy peligrosos. (10)
La emergencia es tal, que algunos científicos e investigadores hablan de extinción humana a corto plazo, y piden la implementación de geoingeniería para intentar detener la dinámica, sin atender a los riesgos que podría desencadenar esta técnica y sin saber si podría ser exitosa. Las valoraciones de estos científicos (AMEG & Arctic News) las tomamos con precaución, pues otros autores como David Archer dan unos plazos más largos y un impacto menor de la liberación de metano (11).
· En el blog “Arctic News” donde participan 23 científicos, se publicó este marzo un artículo en el que se considera la posibilidad de que este septiembre se llegue al punto de no haber hielo, por un mes, en el océano ártico ¿Qué pasaría si este septiembre llegáramos a ver el océano desprovisto de hielo? Según la publicación en “Arctic News” de Sam Carana, la luz solar que previamente fue a derretir el hielo marino, así como la luz solar que previamente se reflejó hacia el espacio por el hielo marino, sería absorbida por el océano Ártico, resultando en un calentamiento masivo.
Este calentamiento masivo desencadenaría incendios en el hemisferio norte, emitiendo cantidades enormes de gases de efecto invernadero y hollín al aire, amenazando con causar un fallo en el funcionamiento de la red, lo que cortaría el suministro energético, detención de la actividad industrial, del tráfico, etc.
Esto a su vez haría que los aerosoles que actualmente se están emitiendo al aire y que actualmente están enmascarando la ira total del calentamiento global, caerán del aire en cuestión de semanas. Hasta ahora, aproximadamente la mitad de la subida de la temperatura ha sido suprimida por estos aerosoles. En otras palabras, la detención de la liberación de aerosoles de la noche a la mañana podría provocar las temperaturas subiesen de forma abrupta 1.2 ºC en cuestión de semanas.
Más calentamiento del océano Ártico podría causar la erupción de metano de su lecho en cantidades que podrían rápidamente doblar o triplicar la cantidad de metano en la atmósfera. El impacto combinado de estas retroalimentaciones podría acabar con los cultivos, agotar los suministros de agua y hacer que grandes cantidades de especies se extinguiesen muy rápidamente, incluyendo a los seres humanos. (12)
¿Cómo reaccionamos ante tal avalancha de datos desoladores?
Este contexto solo debe de empujarnos a seguir divulgando y promoviendo la transición, de forma más enérgica si cabe. Conseguir movilizar a la comunidad científica para que alce la voz es una de las máximas que debemos promover, como por ejemplo, Ferran Puig Vilar, autor del blog “Usted no se lo cree”, hizo el pasado 13 de marzo en una mesa redonda sobre comunicación en temas de cambio climático en “CIMATE-ES”, que recomendamos leer íntegra.
El mismo Ferrán ya nos avisaba en su blog en 2010, hace ya 5 años de la necesidad de entender la gravedad de la amplificación polar, fenómeno en el que la temperatura de la superficie de la Tierra aumenta mucho más en los polos que en las latitudes medias, desatando efectos no lineales y retroalimentaciones positivas. Este forzamiento del sistema climático tiene lugar por las emisiones de gases de efecto invernadero, y es una respuesta propia de este, al producirse ante cualquier perturbación. Comprender estos riesgos nos ayuda no solo a saber en qué punto “estamos” climáticamente hablando, sino en la toma de decisiones para los tiempos y marcos para una supuesta transición.
Como explica de forma soberbia Jorge Riechman (13), para poder comenzar la transición y empezar a construir alternativas reales es necesario pasar una fase de aceptación y duelo, pues estamos en derrota. Esto no significa rendirse, ni mucho menos, sino enfrentar la realidad tal cual es, sin engañarnos a nosotros mismos, ni a los demás, pues cuando nos enfrentamos a aquello que ni siquiera somos capaces de soportar, reafirmamos nuestra humanidad. La esperanza es algo que debemos ganarnos haciendo camino por la transición día a día.
El mismo Riechmann apuesta por un ecologismo epicúreo, que nos lleve a la búsqueda de una vida feliz y libre dentro de los límites ecológicos. Enfocando la vida al mero disfrute del hecho de existir, construyendo alternativas basadas en la cooperación, el apoyo mutuo y la sanación del maltrecho medio natural. Llama al presente siglo el “Siglo de la Gran Prueba”. Tintes estoicos, junto con la filosofía epicúrea, para dar lugar a un nuevo paradigma. Estas dos corrientes filosóficas como polos opuestos e inseparables de la vida interior, disfrutar de los placeres del vivir, junto con una moral universal que nos vincule con el todo común. La complementariedad entre ambos enfoques es muy necesaria en los tiempos en los que nos ha tocado vivir: por una parte el estoicismo nos dota de una sensibilidad común y objetivos compartidos y por otra el epicureísmo una visión más tangible, y de unas dosis de evasión, en forma de placeres razonables, que sin duda serán necesarios y ayudarán a sobrellevar las cargas.(14)
Sobre todo, es muy importante pasar a la acción, y tratar de evitar el bloqueo que puede generar la sobresaturación de información o “big data”, muy difícil de digerir y procesar por nuestro limitado cerebro de simio con grandes ínfulas. Tan importante como evitar el bloqueo por el miedo, es superar el “síndrome del avestruz”, una respuesta mucho más extendida socialmente, que consiste simplemente en esconder la cabeza frente a las problemáticas que tenemos ante nosotros, huyendo de los problemas, como si se fueran a solucionar solos o como si viviésemos al margen de la realidad biofísica del planeta. Esto no solo no soluciona los retos y pruebas que se ciernen ante nosotros, sino que empeora las perspectivas y disminuye las probabilidades de éxito. Estos mecanismos de negación son inherentes al ser humano, y los describe de forma estupenda la psiquiatra Kübler-Ross en sus etapas del duelo.
Encontrar un equilibrio, evitando la saturación y superando la negación debe de ser uno de los objetivos. De forma que las propuestas frente a las diferentes problemáticas socioambientales resultantes de la disrupción climática (y otros procesos ya en marcha, como el descenso energético), que promueve el movimiento de transición se ajusten a la realidad biofísica, creando un marco de acción adecuado para el cambio colectivo que proyecta en el futuro.
Referencias
(1) Investigación realizada por la “Pacific Northwest National Laboratory” y apoyada por el Departamento de Energía de la Oficina de Ciencia de los EE.UU. http://www.sciencedaily.com/releases/2015/03/150309134642.htm
(2a) Análisis de la “National Snow & Ice Data Centre”, con apoyo y datos de la NASA http://nsidc.org/arcticseaicenews/2015/03/2015-maximum-lowest-on-record/
(2b) http://climate.nasa.gov/news/2256/
(3) http://www.the-cryosphere.net/9/269/2015/tc-9-269-2015.pdf
(4) http://www.skepticalscience.com/pollution-part-2.html
(5) Fuente: Pennsylvania State Univerity: http://news.psu.edu/story/349679/2015/03/24/research/scientists-weakening-gulf-stream-could-impact-marine-life-weather
(6) Fuente: “Nature” http://www.nature.com/nclimate/journal/vaop/ncurrent/full/nclimate2554.html
(9) http://www.stateoftheocean.org/ & http://www.theguardian.com/environment/2013/oct/03/ocean-acidification-carbon-dioxide-emissions-levels
(10) https://robertscribbler.wordpress.com/2015/03/13/unconfirmed-reports-of-giant-600-meter-methane-crater-found-in-siberia/ & http://www.ospo.noaa.gov/Products/atmosphere/soundings/iasi/IASI_D2.html & http://www.nature.com/news/mysterious-siberian-crater-attributed-to-methane-1.15649 & http://www.nature.com/nature/journal/v520/n7546/full/nature14338.html &
(11) AMEG (Arctic Methane Emergency Group). Rueda de prensa de John Nissen, investigador jefe del grupo, en la reunión de la ONU para el cambio climático (UNFCCC): https://www.youtube.com/watch?v=gehxLgzBZlA & https://ameg.me
& http://www.upfsi.org/about/ & Contrapunto David Archer (minuto 39′): https://www.youtube.com/watch?v=3_me4QBImBU&t=39m56s
(12) http://arctic-news.blogspot.ch/2015/03/september-2015-without-arctic-sea-ice.html
(14) https://ecopolitica.org/hacia-un-ecologismo-epicureo/