Nuestro compañero Fernando García nos presenta un interesantísimo acercamiento a la Transición y la Deep Adaptation como visiones propositivas ante el más que probable y próximo colapso de la civilización industrial en la que vivimos.
“Quien piense que puede haber crecimiento infinito en un planeta con recursos finitos debe de ser o un loco o un economista”
– Sir David Attenborough
Esto se acaba
Dos siglos de brutal explotación de los recursos nos han llevado a una situación crítica: la capacidad de carga del planeta está al borde del colapso. De hecho, una mayoría de los más de 7 mil millones de habitantes sufren ya a diario las consecuencias de esta devastación.
Es cierto que la humanidad ha prosperado mucho en los últimos tiempos. Autores como Stephen Pinker (Enlihghtment Now) o Hans Rosling (Factfulness) sostienen que nunca hemos vivido mejor y nuestras perspectivas son muy favorables.
Otros como el historiador israelí Yuval Noah Harari son más matizados: las tres pesadillas de la humanidad (hambre, pestes y violencia) se han resuelto para dar paso (al menos en occidente) a otras tres casi peores (obesidad, depresión y suicidios).
Frente a estos practicantes del Hopium (neologismo en inglés que combina las palabras esperanza y opio), lo cierto es que la inmensa mayoría de los informes (IPCC sobre cambio climático , IPBES sobre biodiversidad y Earth Overshoot sobre utilización de recursos, por ejemplo) prueban que esto no da más de sí.
El problema es el sistema y nuestra visión equivocada del mundo
Ya lo dijo muy bien Daniel Quinn en su libro Ishmael (1992): “La Naturaleza no nos pertenece, somos los humanos quienes pertenecemos a la Naturaleza”.
También parece perfilarse un consenso sobre la relativa inminencia del fin de este mundo: el marco temporal del colapso de nuestra civilización va desde la década de los 2020 para los más agoreros hasta el fin de siglo para los más optimistas.
La maravillosa Joanna Macy hablaba en una reciente charla del privilegio que tenemos de vivir en estos tiempos ”exquisitos” donde podemos ser testigos de un momento histórico en la historia del planeta.
Cómo va a suceder y qué pasa después
Si bien hay un relativo consenso sobre el por qué y el cuándo se acaba este mundo, las discrepancias vienen al explorar otras dos cuestiones claves: Cómo va a acabarse y qué viene después.
Está claro que hoy no nos encontraríamos con unos niveles de 415 ppm de CO2, el Ártico casi sin hielo y los océanos plagados de plástico si hubiéramos tomado medidas en los años 70, cuando se publicó el informe Limites del crecimiento.
Más de cuarenta años después, el gran interrogante es si aún tenemos tiempo para organizar un descenso “controlado” o si ya es demasiado tarde para evitar caer por el precipicio.
Transición y Deep Adaptation: visiones propositivas
De modo esquemático, la primera narrativa es la de la Transición. La segunda es la de Deep Adaptation.
Sea descenso o caída, el día después de ese punto de inflexión se declina en función de un espectro de escenarios que abarcaría desde el renacer de una nueva civilización basada en relación armoniosa con la Naturaleza hasta la extinción de la Vida en el planeta. Entre esos extremos se sitúan cálculos de probabilidades: inevitable, probable, posible, imposible.
El enfoque de la Transición
El relato de la Transición es deliberadamente optimista. El manual de la transición, publicado en 2008, insiste en la necesidad de tener una visión positiva. Pese a las malas noticias, Rob Hopkins, fundador del movimiento, sigue manteniendo un discurso contagiosamente eufórico.
La visión de la Transición se centra en la firme creencia. La de la posibilidad de lograr un Gran Giro a la situación y evitar el desastroso futuro “por defecto” que nos espera si no actuamos con determinación.
La transición propone el fin de un mundo, el de la civilización termo-industrial. Y su sustitución por un modelo de sociedad local, comunitaria y profundamente respetuosa con la Vida en el planeta.
El enfoque de la Adaptación Profunda (Deep Adaptation)
Deep Adaptation es un movimiento lanzado en Julio de 2018 por el profesor Jem Bendell de la Universidad de Cumbria (Reino Unido). Su documento “Adaptación profunda: Un mapa para navegar por la tragedia climática” expone las conclusiones personales de Jem Bendell sobre el estado del planeta. Bendell concluye que:
“El Colapso es ya inevitable y ocurrirá en el corto plazo; es probable que el colapso venga acompañado de una Catástrofe; es posible que la especie humana se extinga como consecuencia de ese colapso”.
Deep Adaptation considera que estamos ante un problema irresoluble (predicament, en inglés). Nada puede hacerse ya para evitar el colapso de nuestra civilización. Y este tendrá como consecuencia la ruptura del acceso a los elementos básicos de la vida humana: alimentos, agua, techo, vestido…
Ante esta tesitura, Deep Adaptation propone una “Agenda” basada en cuatro interrogantes:
- Resiliencia: ¿cómo podemos preservar lo que necesitaremos para mantener un mínimo de civilización?
- Renuncia: ¿qué debemos dejar de lado para no empeorar las cosas?
- Restauración: ¿qué podemos hacer para recuperar costumbres, ecosistemas, herramientas perdidas que podrán ser indispensables antes las próximas dificultades y tragedias?
- Reconciliación: ¿cómo hacer las paces con uno mismo, los demás, la pena, la muerte?
Los interesados en seguir la Deep Adaptation como una visión propositiva ante el inminente colapso civilizatorio, más allá de la Transición, pueden hacerlo a través del grupo Positive Deep Adaptation en Facebook o directamente en el Deep Adaptation Forum.