Del 12 al 18 de diciembre la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Móstoles (Madrid), en colaboración con FUHEM, organizó unas interesantísimas jornadas abiertas bajo el título “Retos ecosociales del siglo XXI. La ciudad ante la crisis ecológica“. Os contamos nuestra experiencia como participantes. Sigue leyendo
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Móstoles Ciudad en Transición
Desde la Red de Transición queremos agradecer y poner en valor la iniciativa de Móstoles Cuidad en Transición, así como celebrar el esperanzador año que comienza para el área de Madrid y para el movimiento de Transición.
Durante todo el 2015 el Instituto de Transición Rompe el Círculo y la candidatura ciudadana de unidad popular GANAR Móstoles han trabajado conjuntamente para diseñar las estrategias que hicieran posible Móstoles, Ciudad en Transición. Fruto de esta colaboración, el pasado 26 de noviembre de 2015 fue aprobada por unanimidad una moción municipal para sumar Móstoles al movimiento de ciudades en transición. Aquí se puede consultar la moción.
La idea ha sido crear un marco general de actuación que prevé concretar sus objetivos de cara al 2016: realizar una declaración oficial apoyada en un proyecto piloto. En palabras de Emilio Santiago Muiño, del Instituto de Transición Rompe el Círculo, la iniciativa no surge de la nada, sino que se enmarca en un trabajo no institucional en el que se lleva trabajando mucho tiempo con unos 24 proyectos en marcha en colaboración con los colectivos locales: talleres de permacultura, recuperación de saberes tradicionales, dinámicas de educación popular para la transición, banco de tiempo, promoción de grupos de consumo, meriendas de la transición, implicación en el Plan General de Ordenación Urbana, moneda social, Instituto Local del Buen Vivir, etc. Esta diversidad de proyectos se articula en torno a cuatro ejes: economía social, nuevo modelo productivo, articulación comunitaria y educación para la transición.
Aquí se puede consultar el documento base.
En este documento, el Instituto de Transición Rompe el Círculo define las Iniciativas en Transición como un amplio conjunto de respuestas colectivas organizadas desde las comunidades locales, que quieren afrontar con originalidad y actitud positiva las graves problemáticas que se vislumbran en el horizonte de las próximas décadas: el fin de la energía barata –pico del petróleo– y especialmente el cambio climático, así como las graves consecuencias socioeconómicas derivadas de ambos problemas.
Por tanto, desde el Instituto de Transición Rompe el Círculo, no sólo se desea promover una transición como la que se está dando en muchos lugares del mundo (hay en la actualidad unas 2000 iniciativas de transición a nivel mundial y unas 50 en España), sino que se pretende, además, aportar un enfoque anticapitalista, es decir, experimentando con formas no capitalistas de organización de la vida económica, social y cultural, poniendo énfasis en la resistencia comunitaria frente al modelo capitalista neoliberal imperante.
Este puede ser un proyecto único a nivel estatal: “una Ciudad en Transición que además sea poscapitalista”, apunta Emilio, “ya que Móstoles, con 200.000 habitantes, tiene condiciones privilegiadas para la transición tras el pico del petróleo”. En su opinión: “porque contamos con un urbanismo compacto, que todavía posee tierras periurbanas, un término municipal por el que pasa un río y que está inmerso en un ecosistema regional muy interesante como es el valle del Guadarrama, un enorme potencial para la agricultura urbana, y una población de gran ciudad combinada con una cultura de pequeña ciudad, que posee fuertes lazos comunitarios”. Para darle a esta transición un toque anticapitalista, Móstoles posee una fuerte identidad de barrio obrero, un legado de luchas vecinales y movimientos sociales que sigue vivo (La Casika) y un tejido rebelde previo al 15M que el 15M ha dotado de una enorme potencia. Además, hay que contar con la situación de Móstoles dentro de la Zona Sur de Madrid, que concentra a 1 millón de habitantes. Si ganamos la batalla de Móstoles en Transición, será mucho más sencillo ganarla en todo el Sur de Madrid y por tanto empujar a Madrid –y con Madrid a todo el Estado– a emprender procesos parecidos.
Si se logran fomentar nuevas formas de organización social en torno a la soberanía energética, la soberanía alimentaria, la economía colaborativa y la educación alternativa, tal vez Móstoles, “el monstruo insostenible, especialmente porque no deja de ser un apéndice metabólico de esa metástasis terrible que tiene Castilla en todo su centro que es Madrid” pueda soñar otra realidad. “Si valoramos esta nueva realidad, enfocándonos en las oportunidades”, explica Emilio, “encontramos que hay bastante espacio para la agricultura periurbana, puesto que el término municipal es muy grande y existe una gran área –el flanco oeste y sur– sin urbanizar. Esta área periurbana no deja de ser una realidad todavía viva, con labrantíos e incluso con empresas ligadas al sector primario. Al mismo tiempo, la superficie de zonas verdes en la ciudad compacta es inmensa y tiene mucho potencial para cambiar césped por huertos. La ciudad también posee acuíferos, aunque es probable que su nivel de explotación sea muy elevado, y hay que contar con el cauce del río Guadarrama, que pasa por allí, aunque lamentablemente está muy contaminado. Es decir, no es inverosímil pensar que Móstoles pueda conocer una expansión de la agricultura urbana-periurbana y del sector primario que no sea meramente testimonial: tenemos pendiente hacer un cálculo aproximado de su capacidad de autoalimentación y vamos a animar a alumnos de la Universidad Rey Juan Carlos, con campus en Móstoles, a que hagan sus trabajos de fin de carrera con nosotros”, apunta Emilio.
Todo esto, en cualquier caso, augura buenos presagios y es muy de agradecer. Nos sumamos a la ilusión de un Móstoles pionero que nos muestre otra realidad urbana y periurbana, que nos cautive y nos contagie de ganas de transformar la realidad.