Después del éxito de las ediciones anteriores, ¡lanzamos el 8º curso online de Transición en castellano! Una edición actualizada y ampliada con 8 sesiones para desarrollar una vida más sostenible y resiliente a nivel personal y comunitario. Sigue leyendo
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Olas de calor y crisis de civilización
Ana Huertas, de Red de Transición, ha participado en el podcast Olas de calor y crisis de civilización, junto a Antonio Turiel, Juan Bordera, Ferran Puig Vilar y Juan Carlos Barba. ¡Escúchalo aquí! Sigue leyendo
Lo que nos contasteis sobre el impacto del movimiento de Transición
Ya están disponibles los resultados de la encuesta sobre el impacto, relevancia y potencial del movimiento de Transición. Conoce qué dijeron las 377 participantes de 32 países. Sigue leyendo
MedTOWN: caso de estudio por una Transición Justa
El proyecto MedTOWN, del que Red de Transición forma parte, aparece como caso de estudio en un informe de Solidar sobre la promoción de una Transición Justa. Te contamos los detalles.
Transición EcoSocial ante el fin de una Civilización: Antonio Turiel, Ana Huertas y Sergi Caballero
Ana Huertas nos habla de transición ecosocial junto a Antonio Turiel y Sergi Caballero en el canal Ideas para el Gran Giro. ¡No te pierdas la entrevista!
Día Europeo de las Comunidades Sostenibles: 18 de Septiembre de 2021
El sábado 18 de septiembre de 2021 celebraremos el Día Europeo de las Comunidades Sostenibles por quinta edición consecutiva. Este año, el calendario de eventos es del 11 al 25 de Septiembre. ¡No te los pierdas y organiza el tuyo!
Algarbía en Transición: el movimiento en Málaga
Algarbía en Transición impulsa una transición a un modelo económico, social y cultural sostenible en la provincia de Málaga, apoyándose en la moneda social Algarbe, para generar proyectos autogestionados y cohesionar el tejido social con el fin de crear una economía local solidaria y resiliente. Sigue leyendo
Nueva iniciativa: Kibutz Cooperativa Galega
A raíz del evento Rethinking Transition al que asistieron, las compañeras de Kibutz decidieron sumarse al Movimiento de Transición. ¡Bienvenidas! Ellas mismas nos cuentan acerca de su proyecto. Sigue leyendo
¿Qué impacto está teniendo el Movimiento de Transición? ¡Cuéntanoslo!
¡Rellena esta encuesta sobre el impacto del Movimiento de Transición!
En el 2017, Red de Transición realizó un estudio sobre cómo las iniciativas de transición contribuyen a la reducción de emisiones de CO2. En 2020 se publicaron los resultados de un estudio sobre el estado de la Transición en el Estado español. Ahora, desde el movimiento internacional nos invitan a participar en una encuesta para evaluar el impacto global del movimiento.
Transition Network está trabajando con el grupo internacional de Hubs (del cual Red de Transición forma parte) para respaldar una evaluación colectiva de lo que está logrando el movimiento de Transición. Se pretende explorar cómo podría necesitar adaptarse para responder a los desafíos actuales y emergentes. Sigue leyendo
Mapear las Iniciativas del Movimiento de Transición
Durante el 2018 y 2019, Red de Transición realizó un estudio para mapear las iniciativas del movimiento de Transición, sus proyectos y necesidades. Lisa Cassanet, estudiante francesa, estuvo a cargo del estudio y el informe.
Antecedentes
En 2013 se realizó un primer mapeo de las iniciativas aparecidas en España desde 2008, a través de una investigación impulsada a partir del II Encuentro Anual de Transición en Mijas (Málaga). Desde 2014, la situación ha cambiado bastante. Las iniciativas de transición se encuentran en un proceso dinámico permanente de transformación. Por esta razón se decidió mapear las iniciativas del movimiento de Transición una vez más, no solo para tener un listado actualizado, sino también para cultivar la relación con esos grupos y conocer mejor el estado actual del movimiento.
Análisis
El estudio analiza diferentes aspectos del movimiento de transición:
- En la Parte 1 se realiza un mapeo de la situación general de las iniciativas locales de transición.
- En la parte 2, se estudian los objetivos, temas principales y proyectos en los que participan o lideran.
- La Parte 3 se centra en entender los retos y necesidades que tienen.
- Finalmente, la Parte 4 explora el rol de las iniciativas locales de transición como parte de un movimiento de cambio general.
Algunas conclusiones
- Las iniciativas locales adscritas al movimiento de Transición reflejan una dinámica permanente de transformación, de nacimiento y renacimiento. Desde 2008 se han creado una cincuentena de iniciativas, con la creación y desaparición constante de grupos locales.
- La colaboración entre las iniciativas locales de Transición participantes en el estudio con otros movimientos afines (feminismo, ecologismo, o pacifismo, entre muchos otros) con constantes. Se considera fundamental el mantenimiento y consolidación de esta red de colaboración.
- Las mayores dificultades que comparten las iniciativas de Transición son la falta de tiempo y de personas. Les resulta complicado involucrar a la gente.
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LEE AQUÍ EL RESUMEN EJECUTIVO COMPLETO
Deep Transition, hacia la síntesis de dos paradigmas
En su anterior artículo nuestro compañero Fernando García contraponía dos de los relatos de la Transición en curso. Uno, el relato del Movimiento de Transición, con una visión deliberadamente positiva del futuro. El otro, el relato de la Deep Adaptation, basado en la convicción de que el colapso a corto plazo es ya inevitable. Fernando nos invita ahora a ir un paso más allá y a tender un puente entre las dos visiones deambulando por la cuerda floja que separa la esperanza de la desesperación. Nos invita a intentar ir, en definitiva, hacia la Deep Transition, la síntesis de estos dos paradigmas.
En la cuerda floja de la esperanza
Podemos llamar a esa cuerda Esperanza Activa (según Joanna Macy) o Esperanza Radical (según Jem Bendell).
El tema es de actualidad a la vista de la inminente publicación del último libro de Rob Hopkins “From What is to What if” (algo así como “De lo que es a lo que podría ser”).
En su nuevo libro Rob, inasequible al desaliento, propugna el valor de la imaginación, de la creatividad y del optimismo como motor de la acción para hacer realidad el Gran Giro. Con este libro Rob apuntala el enfoque basado en el Corazón que constituía uno de los tres pilares del Manual de Transición. Los otros dos pilares del manual, publicado en 2008, eran la Cabeza y las Manos.
La cuadratura del círculo
Durante un muy reciente taller del Trabajo que Reconecta que facilité con mis amigos Almudena y Robert de Abrazo House, pude sentir, una vez más, que es posible lograr la cuadratura del círculo. Que no es otra que la de armonizar dos relatos aparentemente incompatibles.
El relato esperanzador de la Transición, basado en la creencia en nuestra capacidad de cambiar radicalmente la situación para mejor. Y el relato “derrotista” de la Deep Adaptation que afirma que ya es demasiado tarde para evitar un colapso inminente.
Hacia la Deep Transition: el valor de la Transición
El trabajo de las iniciativas de transición es absolutamente encomiable y tiene valor intrínseco: crea comunidad, incrementa la resiliencia y reduce el impacto medioambiental. También refuerza nuestras competencias y habilidades y nos conecta a nosotros mismos, a nuestros vecinos y a la naturaleza.
Pero además, tiene un valor instrumental en un mundo cuyos frágiles sistemas se pueden venir abajo repentinamente. Porque no hay mejor sitio para afrontar un desmoronamiento que una comunidad de transición sólidamente establecida.
Hacia la Deep Transition: la aportación de la Deep Adaptation
Si quisiéramos conjugar los relatos de la Transición y de la Deep Adaptation de modo aún más íntimo podríamos quizás “injertar” las 4 Rs de la Deep Adaptation (Resiliencia, Renuncia, Restauración y Reconciliación) en el ADN de la Transición.
Podríamos crear así una especie de OGM (organismo genéticamente modificado) que resista mejor a la plaga de desánimo, desesperanza y nihilismo que se cierne sobre un número creciente de activistas. Una suerte de Deep Transition.
Veamos cómo:
La Reconciliación
La reconciliación es el pilar de la agenda Deep Adaptation que nos invita a hacer las paces con todo aquello y aquellos con lo que estemos enemistados o alejados. Y lo hace con un énfasis particular en “normalizar” nuestra relación con la muerte y el lado oscuro de la existencia (la Sombra de Karl Jung).
Este trabajo está plenamente en línea con la Transición interior. Si acaso, podría reforzarse con una práctica más sistemática de talleres como El Trabajo que Reconecta, las búsquedas de visión, los ritos de paso… Y, por qué no, la difusión de la práctica muy en boga en el mundo anglosajón de los Death Cafés, encuentros amables y entrañables donde hablar serenamente de nuestras emociones y vivencias en torno a la muerte.
La Resiliencia
Sobre los sólidos cimientos de la práctica de la Reconciliación podríamos revisar cómo consolidar la Resiliencia, que está ya en el genoma de la Transición, con algún refuerzo proveniente de Deep Adaptation.
Pienso en particular en la metáfora de la guinda y el pastel. En un mundo proclive al desmoronamiento todo el esfuerzo debe destinarse a asegurarnos de que tenemos a mano todos los ingredientes del pastel que nos nutrirá en los tiempos de estrechez. Estaría mejor con guinda, pero, como dicen los franceses, à la guèrre comme à la guerre (en tiempos de guerra, economía de guerra).
Sólo cuando hayamos asegurado la auto-suficiencia podemos distraernos con lo prescindible.
La Renuncia
La tercera R, Renuncia, no aparece explícitamente en el relato de la Transición, pero es inherente al concepto: dejar atrás todo lo que contribuye a la destrucción de nuestros ecosistemas, al agotamiento de recursos, a la acumulación de residuos.
A riesgo de polemizar, me atrevería a recordar que hay suficiente evidencia del perjuicio enorme causado por el consumo de productos animales.
Como vegano convencido, me sorprende el gran número de transicioneros que aún no han dado el paso hacia una alimentación predominantemente vegetal.
La Restauración
Por último, la Transición podría inspirarse más determinadamente del concepto de Restauración en sus dos vertientes:
- Recuperación de viejos hábitos y costumbres.
- Regeneración de hábitats y biotopos.
Dicho esto, es realmente admirable todo lo que las iniciativas han hecho ya en este terreno.
Hacia la Deep Transition, una tentativa
Y volvamos, para acabar, al inicio, a Rob Hopkins. Atado a su mástil del positivismo cual Ulises tentado por las sirenas de la desesperación y el nihilismo nos recuerda una imperiosa necesidad. La necesidad de no cejar en nuestro empeño de hacer realidad el Gran Giro.
Personalmente, sin embargo, creo que las probabilidades de lograr un Gran Giro se van reduciendo cada vez más.
Por ello, creo que es también imperioso reforzar el trabajo de la Transición con elementos provenientes de la Deep Adaptation.
Porque, en caso de no lograr el Gran Giro, nos permitirá atravesar el Gran Desmoronamiento lo más indemnes posible y con dignidad, serenidad, civilización y decencia.
Transición y Deep Adaptation: dos visiones propositivas ante el inminente fin del mundo
Nuestro compañero Fernando García nos presenta un interesantísimo acercamiento a la Transición y la Deep Adaptation como visiones propositivas ante el más que probable y próximo colapso de la civilización industrial en la que vivimos.
“Quien piense que puede haber crecimiento infinito en un planeta con recursos finitos debe de ser o un loco o un economista”
– Sir David Attenborough
Esto se acaba
Dos siglos de brutal explotación de los recursos nos han llevado a una situación crítica: la capacidad de carga del planeta está al borde del colapso. De hecho, una mayoría de los más de 7 mil millones de habitantes sufren ya a diario las consecuencias de esta devastación.
Es cierto que la humanidad ha prosperado mucho en los últimos tiempos. Autores como Stephen Pinker (Enlihghtment Now) o Hans Rosling (Factfulness) sostienen que nunca hemos vivido mejor y nuestras perspectivas son muy favorables.
Otros como el historiador israelí Yuval Noah Harari son más matizados: las tres pesadillas de la humanidad (hambre, pestes y violencia) se han resuelto para dar paso (al menos en occidente) a otras tres casi peores (obesidad, depresión y suicidios).
Frente a estos practicantes del Hopium (neologismo en inglés que combina las palabras esperanza y opio), lo cierto es que la inmensa mayoría de los informes (IPCC sobre cambio climático , IPBES sobre biodiversidad y Earth Overshoot sobre utilización de recursos, por ejemplo) prueban que esto no da más de sí.
El problema es el sistema y nuestra visión equivocada del mundo
Ya lo dijo muy bien Daniel Quinn en su libro Ishmael (1992): “La Naturaleza no nos pertenece, somos los humanos quienes pertenecemos a la Naturaleza”.
También parece perfilarse un consenso sobre la relativa inminencia del fin de este mundo: el marco temporal del colapso de nuestra civilización va desde la década de los 2020 para los más agoreros hasta el fin de siglo para los más optimistas.
La maravillosa Joanna Macy hablaba en una reciente charla del privilegio que tenemos de vivir en estos tiempos ”exquisitos” donde podemos ser testigos de un momento histórico en la historia del planeta.
Cómo va a suceder y qué pasa después
Si bien hay un relativo consenso sobre el por qué y el cuándo se acaba este mundo, las discrepancias vienen al explorar otras dos cuestiones claves: Cómo va a acabarse y qué viene después.
Está claro que hoy no nos encontraríamos con unos niveles de 415 ppm de CO2, el Ártico casi sin hielo y los océanos plagados de plástico si hubiéramos tomado medidas en los años 70, cuando se publicó el informe Limites del crecimiento.
Más de cuarenta años después, el gran interrogante es si aún tenemos tiempo para organizar un descenso “controlado” o si ya es demasiado tarde para evitar caer por el precipicio.
Transición y Deep Adaptation: visiones propositivas
De modo esquemático, la primera narrativa es la de la Transición. La segunda es la de Deep Adaptation.
Sea descenso o caída, el día después de ese punto de inflexión se declina en función de un espectro de escenarios que abarcaría desde el renacer de una nueva civilización basada en relación armoniosa con la Naturaleza hasta la extinción de la Vida en el planeta. Entre esos extremos se sitúan cálculos de probabilidades: inevitable, probable, posible, imposible.
El enfoque de la Transición
El relato de la Transición es deliberadamente optimista. El manual de la transición, publicado en 2008, insiste en la necesidad de tener una visión positiva. Pese a las malas noticias, Rob Hopkins, fundador del movimiento, sigue manteniendo un discurso contagiosamente eufórico.
La visión de la Transición se centra en la firme creencia. La de la posibilidad de lograr un Gran Giro a la situación y evitar el desastroso futuro “por defecto” que nos espera si no actuamos con determinación.
La transición propone el fin de un mundo, el de la civilización termo-industrial. Y su sustitución por un modelo de sociedad local, comunitaria y profundamente respetuosa con la Vida en el planeta.
El enfoque de la Adaptación Profunda (Deep Adaptation)
Deep Adaptation es un movimiento lanzado en Julio de 2018 por el profesor Jem Bendell de la Universidad de Cumbria (Reino Unido). Su documento “Adaptación profunda: Un mapa para navegar por la tragedia climática” expone las conclusiones personales de Jem Bendell sobre el estado del planeta. Bendell concluye que:
“El Colapso es ya inevitable y ocurrirá en el corto plazo; es probable que el colapso venga acompañado de una Catástrofe; es posible que la especie humana se extinga como consecuencia de ese colapso”.
Deep Adaptation considera que estamos ante un problema irresoluble (predicament, en inglés). Nada puede hacerse ya para evitar el colapso de nuestra civilización. Y este tendrá como consecuencia la ruptura del acceso a los elementos básicos de la vida humana: alimentos, agua, techo, vestido…
Ante esta tesitura, Deep Adaptation propone una “Agenda” basada en cuatro interrogantes:
- Resiliencia: ¿cómo podemos preservar lo que necesitaremos para mantener un mínimo de civilización?
- Renuncia: ¿qué debemos dejar de lado para no empeorar las cosas?
- Restauración: ¿qué podemos hacer para recuperar costumbres, ecosistemas, herramientas perdidas que podrán ser indispensables antes las próximas dificultades y tragedias?
- Reconciliación: ¿cómo hacer las paces con uno mismo, los demás, la pena, la muerte?
Los interesados en seguir la Deep Adaptation como una visión propositiva ante el inminente colapso civilizatorio, más allá de la Transición, pueden hacerlo a través del grupo Positive Deep Adaptation en Facebook o directamente en el Deep Adaptation Forum.
Es hora de hablar de “Nosotros”: el estado actual del Movimiento de Transición
Hace unos meses el co-fundador del Movimiento de Transición y Transition Network, Naresh Giangrande, hacía balance sobre el estado de este gran experimento en el que nos hallamos todas inmersas, unos de los más grandes de nuestro tiempo. Y elaboraba una reflexión sumamente interesante sobre sus logros y sus fracasos, sobre sus luces y sus sombras… Siempre con la vista puesta en el futuro.
Unos meses después podemos ofreceros esa importante reflexión en castellano. Esto es posible gracias a las personas que dedican su tiempo y energía a ayudarnos con las traducciones de una manera totalmente generosa y desinteresada. Gracias de corazón a todas ellas.
Y esperamos que os resulte tan valiosa como nos ha resultado a nosotras. Os dejamos ya, sin más preámbulos, con las palabras y pensamientos de Naresh Giangrande.
Es hora de hablar de “Nosotros”, por Naresh Giangrande
Este artículo fue publicado originalmente en https://transitionnetwork.org/ por Sarah McAdam el22 de octubre de 2018. Gracias a nuestro colaborador Mathieu Ichard por su generosa traducción.
“La escala y el ritmo de la destrucción causada por la economía mundial se está acelerando a pesar de los esfuerzos de los movimientos de base para crear cambios y nuevas direcciones. En este momento, no veo ningún escenario realista para alterar nuestra aterradora incapacidad de propiciar un cambio significativo… ¡es hora de que tengamos uno!
La Transición propone que, al crear mejores formas de vivir hoy, podemos -a través de ese proceso- crear un mañana mejor. Millones de organizaciones e iniciativas de base de todo el mundo están creando el mundo que quieren, en sus lugares, de diversas maneras. La Transición es parte de un ecosistema de cambio. Y, aunque este ecosistema de cambio ha transformado indudablemente muchos lugares para mejor, muchas décadas de intenso e impresionante trabajo de base (más de doce años de transición) no han alterado la trayectoria de la Sociedad de Crecimiento Industrial hacia una cultura regenerativa.
En este artículo me pregunto por qué ha sido así, si fue realista pensar que lo hubiera podido hacer, y qué podría tener que pasar para crear un cambio en la escala necesaria.
El proceso y la práctica de la Transición pueden resumirse en las tres preguntas de Sophy Bank que se hacen las personas comprometidas con la Transición:
- Si miramos sin miedo a los problemas a los que nos enfrentamos… ¿qué es lo que vemos?
- ¿Qué es lo mejor que puede pasar en mi barrio/pueblo/ciudad? ¿A qué se parecería eso?
- ¿Qué cosas concretas y prácticas podemos hacer ahora mismo para hacer realidad esa visión?
El modelo y el proceso de Transición están fundamentalmente diseñados para conseguir:
- Involucrar a las personas de una manera inspiradora usando cada una de nuestras habilidades creativas.
- Permitir que un gran número de personas ejerciten su capacidad de actuar de una manera que marque la diferencia.
- Funcionar a una escala en la que podemos marcar la diferencia, es decir, a una escala local.
- Poder empezar a crear el mundo que queremos ahora mismo.
- Reavivar el bienestar de la comunidad.
- Manifestar, de manera tangible, nuestro amor por el mundo.
A pesar de que el cambio a nivel local ha creado las piezas prácticas de una cultura regenerativa (lo que se ha llegado a llamar semillas de un Buen Antropoceno) no hemos logrado cambiar de una manera significativa el panorama general. Nosotros, el gran Nosotros, estamos fallando. Y veo a los movimientos de base como una parte de nuestro proceso colectivo de movimiento hacia una cultura regenerativa. No podemos hacerlo solos. Necesitamos más Nosotros.
¿Qué está fallando?
A todas luces hemos fallado en:
- Reducir emisiones de carbono.
- Crear un sistema económico que respete los límites de la Tierra.
- Crear una sociedad que genere igualdad económica y justicia social.
- Aumentar la biodiversidad.
- Reducir la contaminación.
Después de más de diez años de trabajar en el corazón del movimiento de la Transición, siento que necesitamos preguntarnos por qué y qué podemos hacer para tener más impacto.
No estoy quitando mérito o faltando el respeto a los tremendos esfuerzos y los logros extraordinarios de los grupos de Transición (y otras iniciativas de base) alrededor del mundo. Todo lo conseguido es realmente impresionante e inspirador.
Nuestra falta de impacto no es por falta de esfuerzo, imaginación o creatividad. Los transicionistas encarnamos esas cualidades a lo grande.
Escribo esto como una reflexión y una investigación. Espero que al cuestionar nuestras suposiciones y creencias, podamos encontrar los próximos pasos a seguir para crear un cambio hacia una cultura regenerativa.
Tengo la corazonada de que todavía estamos en las primeras etapas de co-crear un movimiento que puede realmente interrumpir nuestros caminos insostenibles actuales y crear un cambio sistémico.
En los primeros días de la Transición a menudo hablábamos de cómo conocíamos, quizás, el A-B-C del movimiento. Doce años después, ¿hemos ido más allá de la D o la E? Creo que se necesitan muchos más pasos y procesos, alianzas e iniciativas – impensables en la actualidad -para permitir los siguientes pasos de un movimiento efectivo hacia una cultura regenerativa.
Los movimientos de base para el cambio por sí solos no van a ser suficientes para conseguir la disrupción del sistema y los cambios sístémicos necesarios para crear el cambio que queremos. Pero, ¿podría ser efectiva alguna nueva forma de cooperación entre ciudadanos, gobiernos y empresas? Si es así, ¿cómo podría ocurrir?
En este artículo intento analizar los problemas a los que se enfrenta el movimiento de Transición (y la mayoría de las iniciativas de base) y de los cuales , hasta el momento, hay poca discusión. Espero que la reflexión sobre nuestros problemas nos permita ser más claros y estar más centrados en las formas de crear las condiciones para una hacer emerger una auténtica cultura regenerativa.
Los problemas a los que nos enfrentamos los movimientos de base para el Cambio
Desde mi experiencia trabajando con grupos de Transición alrededor del mundo, he visto estos problemas presentes en casi todos los grupos de Transición. Me llevan a preguntarme si estamos trabajando de la manera correcta, si estamos haciendo las preguntas correctas, o si estamos trabajando de una manera que, en última instancia, producirá un cambio. O si la estructura del sistema de crecimiento industrial impide de alguna manera un cambio sistémico fundamental.
Aquí están expuestos algunos de los principales escollos a los que nos enfrentamos que he podido percibir:
1) Los movimientos de base carecen de recursos
El tiempo y el dinero son lo más importante. Dependemos de los voluntarios, y en muchas partes del mundo estos son voluntarios mayores, porque a menudo tienen el tiempo debido al aligeramiento de la responsabilidad de seguir una carrera, criar una familia y ganar dinero. Los jóvenes, a los que más necesitamos, suelen ser los que tienen poco tiempo y dinero. He perdido la noción del número de jóvenes que me han preguntado cómo participar y aún así ganar suficiente dinero para pagar el alquiler.
La mayoría de los grupos de Transición luchan por financiar estructuras básicas como sitios web, una oficina, un espacio de reunión, apoyo administrativo. Se puede hacer eso sin mucho sin dinero, pero sin recursos significativos la mayoría de los grupos de transición tienen un límite en su efectividad. Las personas clave se agotan debido a la escala y el trabajo necesario para construir estructuras alternativas como las cooperativas, recaudar un capital de inversión significativo o simplemente mantener una organización transparente y democrática. Para conseguir la magnitud del cambio que que transformará el sistema actual, necesitamos organizaciones, poder e influencia, y eso requiere dinero en el paradigma actual.
Las estructuras de capacitación son importantes. Centros de transición como Transición EE.UU o Transición Brasil ayudan a conectar y apoyar a los grupos de transición que operan en determinados territorios. Sin embargo, los Centros de Transición, con raras excepciones, no pueden encontrar financiación. Y Transition Network, la organización internacional, también está subfinanciada. No existen vías claras para lograr una financiación adecuada. La finaciación de los gobiernos es escasa y en la mayoría de los lugares no está disponible, lo que deja como fuente de ingresos principales las donaciones o la creación de un brazo comercial. Y ninguna de las dos fuentes proporcionará la financiación necesaria para catalizar y apoyar un cambio suficientemente escalable.
Los principalesl fundamentos teóricos del cambio de base, la Gestión Estratégica de Nicho (SNM) y la Gestión de Transiciones, proponen que el cambio a menudo surge a través de experimentos a pequeña escala que después pueden desarrollarse y adaptarse en “nichos protegidos” y luego, a medida que el sistema dominante comienza a colapsar, pueden sembrar e informar sobre alternativas. Esta es una descripción perfecta de una tecnología de cambio social como la Transición.
Sin embargo, por muchas razones, el cambio social es una de las dimensiones humanas más difícilmente influenciables Las limitaciones, inercias y los supuestos culturales, sociales y económicos suelen impedir que se produzcan cambios en esta esfera. Y dado que el cambio que necesitamos es técnico, social, político, cultural y psicológico, se convierte en un trabajo muy duro.
Los catalizadores del cambio de base están creando el suelo del que surgirá la futura supervivencia de nuestra cultura, especie e incluso de la vida en la tierra. Líderes empresariales, políticos y grandes organizaciones filantrópicas que conocen el problema en el que nos encontramos y la magnitud del cambio que se necesita deberían manifestarse. Deberían proporcionarnos las habilidades, el apoyo, la financiación y los conocimientos necesarios para explorar y ampliar de forma rápida y fiable formas alternativas viables de vivir y trabajar.
Y no lo están haciendo. ¿Por qué no? La mayor parte de la filantropía está dirigida a mejorar los peores efectos de los sistemas actuales, en lugar de cambiar el sistema. Trabajamos en condiciones en las que estamos muy obstaculizados y en las que carecemos de lo que necesitamos para tener éxito. Después de más de diez años, mi pregunta para los que hacen el cambio es: ¿Por qué soportamos esta falta de apoyo y reconocimiento? Y la pregunta que tengo para la sociedad y las empresas (que son los que tienen los recursos), es: ¿Por qué son tan pocos los que están dispuestos a, o son capaces de, hacer que esos recursos estén disponibles?
2) Cambio de sistema… ¿quién lo quiere?
Las estructuras reguladoras, políticas y de poder son capturadas por las élites y las multinacionales que actúan para mantener y ampliar su poder, sus ganancias y sus privilegios. ¿Por qué no lo harían? Este es el juego y, desde mi punto de vista, parece que no tienen otra opción que jugarlo. Esto deja muy poco espacio para el cambio sistémico necesario, el cambio que necesitamos en todos los niveles (personal, local, nacional e internacional) y en las esferas social, política, económica y ecológica.
La Transición y otras iniciativas de base se encuentran fuera de la ventana de Overton, que es de donde vendrá el cambio que necesitamos. Pero hay costes, así como libertades, cuando se opera en los márgenes o fuera del sistema. Se mucha libertad para desafiar lo incuestionable y decir lo indescriptible. Pero uno de los mayores costes es que es muy difícil ser escuchado. Así que el trato es que, si estás operando fuera de la ventana de Overton, tienes que hacerlo sin los recursos adecuados y usando, tan sólo, tu sentido común, ingenio, creatividad y pasión.
Puedes moverte rápido y fallar rápidamente. El éxito, si se logra, será una rudimentaria prueba de conceptos, un experimento. La ampliación, popularización y asimilación masiva y todos los cambios culturales que las acompañan necesitan más que unas pruebas conceptuales. Necesita recursos y organizaciones.
Un ejemplo: el cambio necesario en nuestros sistemas económicos y de negocios, -incluso negocios considerando innovadores- no nos llevará a donde tenemos que ir. El cambio sistémico del sistema económico está fuera del alcance de cualquier empresa o incluso de cualquier sector empresarial. Para sobrevivir en los negocios hay que seguir las reglas fundamentales y fundamentales de los negocios.
Sin duda, el cambio técnico es parte integrante del sistema económico, pero sólo dentro de un estrecho margen de posibilidades y siempre que favorezcan al mercado. Desafortunadamente, muchos líderes empresariales progresistas ven que las soluciones que necesitamos emergen de las empresas, lo cual no es realista. El sistema económico capitalista no puede apoyar ni apoyará el tipo de cambio sistémico que necesitamos. Para el capitalismo, la salud de las personas, los ecosistemas o la vida no es, no ha sido, y nunca será, la prioridad. Sólo los beneficios lo son. No puede de otra manera, es algo intrínseco al sistema. Pero las empresas y las corporaciones tienen todos los recursos y el cambio no es posible sin esos recursos. ¿Dónde están las asociaciones entre las empresas, el gobierno y las organizaciones de cambio radical de base? ¿Dónde están los negocios radicales que desafían el modelo capitalista?
Los empresarios suelen ser muy pragmáticos. Entonces, ¿dónde y cómo puede surgir el cambio de una escala suficiente en nuestro sistema macroeconómico? ¿Podemos encontrar algunos ejemplos? ¡No! El motivo es que el beneficio no nos llevará a donde tenemos que ir. ¿Qué lo hará?
Ya es hora de que las empresas establezcan divisiones bien financiadas para explorar un cambio de paradigma que no esté impulsado por el mercado, que no esté dirigido por el Estado y que no sea socialista. Y que diseñe caminos para llegar allí. Te necesitamos y tú nos necesitas. Las innovaciones a pequeña escala (creadas por las bases) no escalarán ni superarán al sistema económico existente, y es difícil ver cómo surgirán y desafiarán al sistema macroeconómico. Lo que me lleva al siguiente punto.
3) Todavía no existe una alternativa completa, probada y comprobada al sistema económico capitalista, un sistema económico dependiente del crecimiento.
¿Por qué no?
Hay muchas maneras de comprar alimentos, energía u otras cosas. La innovación en la economía local es abundante. Sin embargo, no hay alternativa al capitalismo de mercado. Con esto me refiero a la gran cosa que se encuentra encima de los procesos económicos. El paradigma que exige un crecimiento constante. Ningún país, desde el fin del comunismo, ha probado un sistema económico global diferente. Hay propuestas e ideas. Sin embargo, hay algunas dificultades muy grandes:
- Los que están en el poder no se rendirán fácilmente. Se necesitará una campaña política mundial sostenida para conseguirlo.
- Se trata de un sistema enorme e incluso si se introdujera algún tipo de mecanismo de reducción gradual del consumo, habría que hacerlo a una escala que resultaría muy difícil de aplicar si no colapsara el sistema existente. Y la complejidad de eso está más allá de mi capacidad de pensamiento (piense , por ejemplo, en un caso como el Brexit).
- Es difícil vender obteniendo menos, sin obtener más de algo. Este más de algo podría ser conciencia, comunidad, conexión, sabiduría o amor. No estoy seguro de que la humanidad esté lista para el cambio de conciencia que algunos defienden. ¿Se imagina a la mayoría de la gente optando por un conjunto de aspiraciones menos tangibles?
- Puede que no haya una salida al proyecto de civilización del crecimiento continuo. Puede que nos hayamos creado una trampa de la que no podamos escapar.
4) No hemos resaltado tanto la importancia del cambio Interno como la del cambio externo
He aprendido en mi tiempo en el movimiento de Transición, que una de nuestras contribuciones más únicas e importantes al proceso de cambio es la alineación del cambio interno y externo. Puede parecer evidente, pero el sistema somos nosotros. Está en nosotros y a menos que esas partes internas que mantienen el sistema actual en su lugar sean desafiadas activa y sistemáticamente en nosotros, funcionarán igual con el nuevo sistema, creando las mismas malas elecciones y haciendo que cualquier cambio sea irrelevante. Y ese “nuevo” sistema será tan opresivo e incapaz de enfrentar las realidades actuales como lo era el viejo sistema. Lo que lo hace pernicioso es que no parece así al principio. Pensamos que hemos podido salir del patriarcado o de las jerarquías, cuando en realidad no lo hemos hecho. Las semillas de nuestra naturaleza venial están ahí y crecerán y madurarán a menos que cambiemos activamente.
Sophy Banks me dijo una mañana que vio que uno de los trabajos de los líderes de este movimiento de cambio sistémico era cortar repetidamente la cabeza de nuestro ego, día tras día. Al hacerlo, soportamos y modulamos la vergüenza y la humillación de exponer nuestras sombras. Este es uno de los significados del cambio interno.
Uno de los retos persistentes a los que nos enfrentamos es el agotamiento y la desesperación de los voluntarios, resultado de sentimientos no procesados y/ sanados. Mientras el planeta se quema, los activistas y los que trabajan fuera del sistema también se están quemando. No podemos mantener nuestros niveles de actividad. Dentro del sistema las cosas no son mucho mejores, dentro del Reino Unido (60 millones de habitantes) se emitieron 57 millones de recetas para medicamentos psicológicos en 2014 y aumentan cada año.
El cambio exterior debe ir acompañado de un cambio interior. Este simple hecho no se reconoce lo suficiente en la Transición u otros movimientos de cambio. Sin un cambio interno, cualquier cambio positivo es cooptado por el viejo sistema en formas que corrompen cambios que de otro modo serían positivos y utiliza esos cambios para promover los objetivos del viejo régimen. Algunos ejemplos que me vienen a la mente son el crecimiento verde, el movimiento de felicidad y bienestar que utilizan las corporaciones para sacar más provecho de sus empleados, y la energía renovable que se utiliza para promover un mayor crecimiento en el sistema. Tal vez la conexión entre estos ejemplos y el cambio interno no parezca obvia. Nuestra falta de integridad personal y nuestra incapacidad de auto-reflexión y por lo tanto de examinarnos a nosotros mismos se encuentran en el centro de estas traiciones.
5) No operamos a una escala que pueda crear la escala de cambio necesaria
En 2014 Peter Haff introdujo el término “tecnosfera” para describir el aparato técnico del que dependemos totalmente para sobrevivir. Este aparato es una maravilla de la cooperación humana sin rival en la experiencia de la humanidad. Es, en muchos sentidos, el mayor logro de nuestra sociedad industrial. Este sistema mundial está a muchos niveles por encima de nosotros, alejado de nuestras vidas, que a menudo son locales y que son donde tenemos la capacidad para generar cambios. Incluso los actores poderosos del sistema se encuentran limitados. Esto se debe a que nadie está al mando. No hay supervisión democrática. Este sistema es básicamente auto-organizados, lo que en sí mismo es un milagro de cooperación. Todos dependemos total y completamente de este sistema y hasta ahora no hemos sido capaces de crear alternativas. Ni siquiera estamos en relación real con él, excepto como consumidores pasivos. De ahí la dificultad de cambiarlo. Y sin relación no hay posibilidad real de cambio.
Algunos de los componentes de este sistema al que me refiero son:
- El sistema global de logística y transporte.
- El sistema de fabricación industrial, interconectado e interdependiente.
- El sistema de telecomunicaciones e información.
- Las redes eléctricas.
- El sistema financiero.
- El sistema de minería y extracción de recursos.
- Los medios de comunicación de masas.
- Los delicuentes, incluidos los terroristas y los paraísos fiscales en el extranjero, y su contrapartida, la justicia penal y los organismos internacionales encargados de hacer cumplir la ley.
Curiosamente, hemos conseguido hackear los sistemas alimentarios y la energía en menor medida. Y algunos edificios, fibras, ropa, literatura y artes a menudo están más abiertos al cambio. Aunque la mayoría de ellos también suelen estar dominados por grandes actores globales. Por ejemplo, 2 ó 3 empresas dominan el sistema mundial de productos alimenticios, aunque la mayor parte de la población mundial no se alimenta de los productos agrícolas, sino de pequeñas explotaciones agrícolas locales.
La tecnosfera se ha vuelto más poderosa que los gobiernos y se considera demasiado grande para fracasar. Y como es auto-organizada no podemos localizar, interrogar o pedir cuentas a sus líderes, porque no existen. La farsa de las últimas “filtraciones de datos” que afectaron a Facebook, y la farsa de funcionarios del gobierno de Estados Unidos “cuestionando” a Mark Zuckerberg es un ejemplo de este “baile del poder”.
Una vez que el tamaño, la escala y la hegemonía de los sistemas que conforman la tecnosfera salen a la luz, prácticamente toda la política y la economía pueden verse como interacciones y tensiones entre los diferentes subsistemas, que buscan más poder e influencia.
La mayor parte de lo que se informa en las noticias principales son las tensiones y las luchas de poder entre estos subsistemas. Por eso, en mi opinión, los esfuerzos de las bases son invisibles. Estamos fuera de estas luchas de poder y se nos considera irrelevantes, o a lo sumo, “pintorescos” o subversivos. Me temo que estamos atrapados en múltiples abrazos de oso de tecnosfera que hacen de la relocalización un gesto vacío. A menos que, por supuesto, el fallo de sistemas complejos provoque el colapso.
En un escenario de colapso, las alternativas locales saldrán a la luz y actuarán como botes salvavidas en medio de las rupturas y el caos que se producirían. Algunas voces autorizadas argumentan ahora que el colapso a corto plazo -en un plazo de diez años- de nuestras sociedades (en los países ricos o “desarrollados”) es ahora inevitable.
6) Nuestra historia aún no está clara
Transition Network ha hecho un gran trabajo definiendo la narrativa de la Transición:
La Transición es….
Un movimiento de comunidades que se unen para volver a imaginar y reconstruir nuestro mundo.
El flujo de la historia.
Se está construyendo un movimiento.
Aquí están las cosas que todas las diferentes personas están haciendo en sus comunidades.
Tiene sus raíces en el cuidado de nosotros mismos, de los demás y del mundo viviente.
Esto muestra que un futuro diferente es posible cuando nos reunimos.
(Opcional: Por eso es necesario)
He aquí cómo puedes ser parte de ella.
La Transición es una gran historia nos inspira y conmueve. Comienza con un propósito y luego con la forma con la que se logrará ese propósito. Es simple, directa, fácil de entender, y habla de los fundamentos de la vida: amor, paz, igualdad, conexión y fraternidad.
He tenido grandes esperanzas en una buena y poderosa historia que muchos grupos de base podrían utilizar e incluso otros agentes y centros de poder podrían comprar. Todos los que protegen la vida en lugar de los que protegen las culturas patriarcales basadas en el imperio tienen que ser capaces de contar esa historia e inspirarse en ella.
De lo contrario, la vieja historia, la que nos trajo hasta aquí, prevalecerá. Es así de simple. Sin embargo, se necesitará un poco de trabajo y pruebas para que esto suceda. El trabajo de “NEON’s Framing the Economy” es un buen comienzo, junto con el trabajo del New Citizenship Project George Lakoff y Jon Alexander .
Contar una historia llena de esperanza y optimismo, como la que ha hecho el movimiento de Transición, puede ayudar a crear el impulso para el cambio del tamaño necesario. Una nueva historia, probada y reexaminada, puede ser una palanca importante para la concentración de un movimiento escalable para el cambio.
Conclusión
Estamos fracasando en crear el cambio necesario para mantener la vida en la tierra tal como la conocemos:
- Las organizaciones de base individuales por sí solas son demasiado pequeñas, e incluso un movimiento de abajo hacia arriba reunido y totalmente coordinado para el cambio (que todavía no existe) es probablemente demasiado débil y fuera de relación con la tecnosfera y las grandes estructuras económicas para lograr el cambio sistémico.
- Es difícil ver cómo vendrá el cambio desde dentro de la tecnosfera.
- Cualquier esperanza realista de cambio hacia una cultura de apoyo a la vida surgirá de una sinergia desalentadoramente difícil y ahora mismo inconcebible entre los cambios externos (físicos, tangibles) e internos (psicológicos y psíquicos). De un mosaico de alineaciones entre elementos culturales hasta ahora a menudo no relacionados o antagónicos: empresas, gobierno, sociedad civil, academia, grupos religiosos, movimientos de desarrollo espiritual y personal, y otros.
- Aunque hay experimentos interesantes de modelos de trabajo y creación de sinergias, todavía no estamos ni siquiera cerca de saber cómo podría ser:
- El proyecto Atmos aquí en Totnes es una colaboración intrigante entre las empresas, la sociedad civil y el gobierno local.
- Ungersheim, en Francia, es una asociación creativa entre el gobierno local y Transición para crear un cambio sistémico.
- La plataforma Ctrl Shift, en la que he estado trabajando, ha reunido a organizaciones de base que nunca antes habían hablado.
- Ecolise, Smart CSOs y el Pacto de los Alcaldes son ejemplos europeos de tejido de redes de redes, al igual que BALLE y Smart Cities.
- El proyecto Municipios en Transición es otra de estas redes de municipios que están trabajando con organizaciones de base para crear nuevas formas de compromiso político y económico.Sin embargo, todos ellos aún no están lo suficientemente desarrollados como para desafiar realmente el paradigma dominante.
- Creamos la tecnosfera. Nuestras historias culturales, nuestros valores y creencias son construcciones humanas. Así como han sido creados, pueden ser recreados, de manera diferente. Como dije al principio, actualmente no estamos logrando generar el cambio de la escala necesaria. Creo que tenemos el poder para hacerlo. No sé dónde y cómo surgirá ese poder. Pero tal vez un ‘Nosotros’ más grande lo pueda lograr.
Este artículo es, en partes iguales, una expresión de mis temores por el futuro, un grito de ayuda, una confesión pública de mis sentimientos personales de fracaso, y un intercambio de mi aprendizaje e ideas de años en el movimiento de Transición.
Es también una llamada a una forma de vida tentadoramente cercana pero aún escurridiza que es pacífica, justa, armoniosa, y que otorga a todos los seres su pleno potencial para la vida.
Este artículo hace muchas preguntas y da pocas respuestas, por lo que pido disculpas. Ojalá tuviera más respuestas, más esperanza, más optimismo. En cambio, todo lo que puedo ofrecer son más preguntas, una evaluación sin ambages de los movimientos para un cambio positivo, temores para el futuro y grandes dosis de incertidumbre.
Sigo soñando que un día antes de morir puedo decir con certeza a mis nietos:
“Tenéis todas las posibilidades de vivir una vida plena de paz, salud y felicidad”.
Naresh Giangrande, Verano 2018.
Una nueva sociedad por un nuevo clima: presentaciones de Ana Huertas y Rob Hopkins
¡Ya podéis disfrutar de las presentaciones realizadas por Ana Huertas y Rob Hopkins para la conferencia Re-City! El pasado 13 de diciembre Ana y Rob pudieron contarnos sus respectivas perspectivas sobre el Movimiento de Transición y lo que necesitamos para lanzarnos al proceso de cambio. ¡No os lo perdáis! Sigue leyendo